Con dos días en Beijing, se debe visitar la Gran Muralla, el monumento más emblemático de China. No es cierto que sea visible desde el espacio, pero tras dos horas de camino desde Beijing el viajero se encontrará frente a esta colosal estructura. Si solo se dispone de medio día, se recomienda el tramo de Bādálǐng. Con más tiempo, vale la pena ir a Sīmǎtái, que presenta tramos de muralla y descensos muy empinados.
Luego se puede almorzar en el Nàjiā Xiǎoguǎn, donde las recetas proceden del antiguo recetario imperial, y dedicar la tarde a las compras en el sur de Cháoyáng, con templos del regateo como el mercado de la seda.
Tras un día agotador, nada mejor que sentarse y disfrutar de un vistoso espectáculo de acrobacias en el Cháoyáng Theatreo el menos turístico Teatro de Acrobacias Tiānqiáo. Luego, una merecida cena en el Lost Heaven, un elegante local del antiguo barrio de las embajadas donde se sirve buena cocina tradicional del suroeste de China.