Si el tercer día es sábado o domingo, al alba hay que dirigirse al mercado de antigüedades de Pānjiāyuán para tratar de conseguir buenos precios. Otra opción es tomar el metro hasta el Palacio de Verano y pasar la mañana por los encantadores jardines, templos y pabellones.
Para comer, se recomienda ir al barrio de estudiantes de Wǔdàokǒu, antes de dirigirse al 798 Distrito del Arte. Se pueden visitar las galerías, tomarse un respiro en alguno de los numerosos cafés de la zona y descubrir el auge del arte contemporáneo chino.
Al atardecer se puede asistir a un recital de ópera en el Húguǎng Guild Hall, la mejor sala para ver espectáculos artísticos locales. Otra opción es regalarse un masaje en el Dragonfly Therapeutic Retreat. Para terminar, nada mejor que unirse a los lugareños en uno de los numerosos restaurantes de hotpot de la calle de los Fantasmas.