Ir al Tíbet es una empresa ardua en el mejor de los casos y periódicamente la región es inaccesible para los extranjeros.
Solo debe realizarse en los meses cálidos de verano. Desde Lánzhōu, en la provincia de Gānsù, hay que ir hacia el suroeste hasta Lángmùsì y Xiàhé. Después, se atraviesan paisajes increíbles en autobús o taxi hasta Qīnghǎi, pasando por la ciudad monástica de Tóngrén. Se compra un tanka (arte sacro tibetano) y se continúa en autobús hasta Xīníng. Luego se toma un avión a Chéngdū (Sìchuān) y un autobús a Kāngdìng, o se vuela a Kāngdìng vía Chéngdū. También es posible ir de Xīníng a Kāngdìng por vía terrestre en una larga ruta de autobús que pasa por Yùshù, en el sur de Qīnghǎi (implica una semana extra). Desde Kāngdìng, se puede ir al oeste en autobús hasta los magníficos paisajes alrededor de Lǐtáng, donde hay excursiones espectaculares, o al sur en furgoneta hasta Xiāngchéng y continuar hasta Shangri-la y la hermosa región tibetana del norte de Yúnnán. En Shangri-la hay que tomar un autobús a Déqīn, envuelto en un bello paisaje de montaña de gran altitud.