Colorido étnico, paisajes, ciudades y pueblos antiguos, toda la magia de Hong Kong y muchas posibilidades de senderismo por las fronteras del suroeste de China.
Cuatro días comiendo y bebiendo en Hong Kong y Macao abrirán el apetito antes de dirigirse tierra adentro hasta Guìlín y Yángshuò, donde hay que sumergirse tres días en sus paisajes kársticos. Luego hay que apuntarse a un viaje organizado desde Yángshuò al encantador Huángyáo. Regresando a Guìlín, se sale en dirección norte para llegar a los bancales de arroz de Lóngjǐ y a los puentes del viento y la lluvia y las tonalidades étnicas de Sānjiāng. Cruzando la frontera pueden explorarse los pueblos ricos en minorías del este de Guìzhōu, como Lónglǐ, Bāshā y Zhàoxīng, antes de continuar a Guìyáng y tomar el tren a la capital provincial de Yúnnán, Kūnmíng. Tras unos días en Kūnmíng, hay que dirigirse al norte para explorar Dàlǐ, Lìjiāng y Shangri-la. Se puede explorar la zona de la frontera con Sìchuān en el remoto lago Lúgū. En dirección opuesta, la fértil región de Xīshuāngbǎnnà se halla en el sur de la provincia.