Puerto Princesa, capital y centro de transporte de esta larga y estrecha isla, es el mejor sitio para empezar. Se recomienda probar los restaurantes de noche y pasar el día explorando los alrededores en moto. Desde ella es fácil desplazarse hasta Sabang, un tranquilo pueblo costero y punto de partida de las excursiones por una oscura cueva fluvial.
De Sabang se sigue al norte hasta El Nido, una ciudad encajada entre acantilados de caliza y el pintoresco archipiélago de Bacuit, repleto de lagunas secretas, playas y paisajes rocosos. Se recomienda pasar varios días (como mínimo) yendo de isla en isla, paseando en kayak hasta aislados tramos de arenas blancas y tomando copas en restaurantes frente al mar.
Desde El Nido un barco recorre las islas hasta llegar a la ciudad de Corón, en la isla de Busuanga. Desde allí se podrán descubrir los asombrosos lagos de la isla de Corón y algunas de las mejores inmersiones en pecios del mundo. Para volver a Manila, y a la realidad, hay varios vuelos y ferris.