Se toma el barco o el autobús lanzadera hacia Macao. Se come una tartaleta de huevo portuguesa y se explora el casco histórico de la península de Macao, incluido el pintoresco barrio de la iglesia de São Lázaro, Largo do Senado y las ruinas de la iglesia de São Paulo.
Se almuerza un plato macaense en Riquexó Cafe, y se sigue al norte hasta la capilla y la fortaleza de Guía en el punto más alto de la península. Luego se visita el Museo de Arte de Macao al sureste.
Si sobra tiempo, véase el bonito pueblecito de Taipa y éntrese en los megacasinos de Cotai, como City of Dreams y MGM Cotai, antes de volver a Hong Kong.