Belleza, cerveza y rupturas: 7 razones para visitar Zagreb

Texto por
Anna Tyler, autora de Lonely Planet
Zagreb, Croacia
Niar_Shutterstock

Zagreb, TOP 1 del 'ranking' de destinos Best in Europe 2017

En un país famoso por su impresionante costa, la capital interior de Croacia ha escapado del radar turístico durante décadas. Con una nueva terminal del aeropuerto, inaugurada en marzo del 2017, y trepidantes nuevas iniciativas culturales que realzan sus preciados encantos históricos y naturales, ha llegado el momento de descubrir las delicias de Zagreb.

1. Pasear por la histórica Ciudad Alta

La zona más antigua de la ciudad, la bella Ciudad Alta de Zagreb, se halla sobre dos cerros, entre los cuales discurre la calle Tkalčićeva, que antaño fue un río. Ambos cerros quedan rodeados por murallas de la época renacentista, construidas para resistir una invasión otomana que nunca tuvo lugar. Kaptol, el cerro del este, era el antiguo centro eclesiástico de la ciudad, agrupado alrededor de la elegante catedral neogótica de la ciudad. Al oeste, Gradec está lleno de palacios barrocos de tonos pastel, los antiguos hogares de la nobleza de Zagreb.

Para llegar a Gradec con estilo, es buena idea tomar el mini funicular (es el más corto del mundo, con 66 m de largo) desde la calle Tomićeva. Se llega al paseo Strossmayer, al pie de la torre de Lotrščak, dos sitios que ofrecen vistas panorámicas de la Ciudad Baja. El mejor momento para visitarlos es a mediodía, cuando se dispara un pequeño pero estruendoso cañón desde la ventana superior de la torre. En el corazón de Gradec se encuentran, uno frente al otro en la plaza de San Marcos, el Parlamento neoclásico de Croacia y el palacio presidencial, de estilo barroco. Una bonita iglesia del s. XIII, en el centro de la plaza, es uno de los grandes iconos de la ciudad. Su colorido tejado muestra el emblema de Zagreb y el escudo de armas de Croacia, Dalmacia y Eslavonia.

Museo de las Relaciones Rotas, Zagreb, Croacia © www.brokenships.com / foto de AlanVajdic Museo de las Relaciones Rotas, Zagreb, Croacia © www.brokenships.com / foto de AlanVajdic

2. Consolarse en el Museo de las relaciones rotas

La sensación es extraña; uno entra en un museo y, en lugar de obras de arte o tesoros históricos, se encuentra objetos cotidianos: un zapato de tacón, una tostadora, un perrito de goma que pita… En el fascinante Museo de las Relaciones Rotas cada pieza de apariencia mundana está vinculada a un momento de alto voltaje emocional en el que los sueños de alguien se hicieron añicos. En su origen era un proyecto artístico que dos artistas residentes en Zagreb crearon a partir de su propia ruptura. La exposición viajó por el mundo varios años antes de convertirse en el museo más inusual de Zagreb en el 2010. Están representados todo tipo de relaciones, desde turbulentos romances adolescentes hasta matrimonios, y cada objeto va acompañado de una historia anónima de su donante; las hay profundas, banales e incluso humorísticas: “Su perro dejó más huella que él”.

 

3. Probar productos locales frescos del mercado

El mercado Dolac es el lugar donde los lugareños compran sus productos frescos. Este mercado de frutas y hortalizas al aire libre es de lo más pintoresco, con las agujas de la catedral componiendo el telón de fondo de montones de limones, pimientos y rábanos de vivos colores. El mercado de la carne y los lácteos (en la planta baja) y el del pescado (al lado) bullen con las voces de las abuelas que negocian el mejor precio.

Es buena idea comprarse algo de fruta o de bollería, y sentarse en uno de los cafés que rodean el mercado; si se pide algo de beber se puede comer lo comprado, tomar el sol y disfrutar del ambiente. Si apetece conocer algunos agricultores locales y saborear sus productos, conviene averiguar si está abierto el Mali Plac s Tavana. Este ‘pequeño mercado’ empezó como una reunión de productores de comida ecológica en el ático de su fundador y se convirtió en una institución en Zagreb.

Para probar platos deliciosos y originales elaborados con ingredientes del mercado, hay que pedir mesa en Pod Gričkim Topom, un bonito y relajado restaurante en la linde de la Ciudad Alta, con amplias vistas de la ciudad.

Celebración frente a la galería de arte Klovicevi Dvori, Zagreb, Crocia © GettyRF_629615350_IdealPhoto30_Getty Images Celebración frente a la galería de arte Klovicevi Dvori, Zagreb, Crocia © GettyRF_629615350_IdealPhoto30_Getty Images

4. Cerveza artesanal y cócteles creativos en los callejones

La capital de Croacia cobra vida por la noche, cuando sus calles y plazas se convierten en una gran fiesta al aire libre. La mayor parte de la acción se centra en la peatonal calle Tkalčićeva, que parece un resort de playa, con mesas al aire libre y ambiente alegre. Allí abunda la diversión, pero quien busque los bares-joya de Zagreb tendrá que esforzarse un poco más.

Los bebedores de cerveza se sentirán como en casa en Craft Room (Opatovina, 35), a una calle de Tkalčićeva, con una amplia selección de cervezas artesanales locales de alta calidad a partir de 2-3 € el medio litro. Una opción más tradicional es la cervecería Pivnica Medvedgrad, que ofrece cinco cervezas de la casa en un bonito patio.

Los amantes del vino deberían visitar Bornstein, la tienda de vinos más antigua de Yugoslavia, y probar algunos de los vinos croatas de su espectacular selección en su carismática bodega. En cuanto a cócteles, se puede pedir a alguno de los talentosos camareros del elegante Dežman Bar que sorprenda con una de sus creaciones, sofisticadas y extraordinariamente equilibradas.

 

5. Celebraciones todo el año

Es muy posible que cualquier visita a Zagreb coincida con algún tipo de festival que alegre las calles de la ciudad. En verano siempre hay eventos estridentes en los cuales los habitantes de la ciudad participan encantados. Destacan Cest is D’Best a comienzos de junio, que atrae a cientos de artistas callejeros a la ciudad; y el festival Courtyards, en julio, durante el cual varios patios privados de la Ciudad Alta albergan conciertos y fiestas.

Pista de hielo en la plaza King Tomislav, Zagreb, Croacia © xbrchx / Getty Images Pista de hielo en la plaza King Tomislav, Zagreb, Croacia © xbrchx / Getty Images

En otoño y primavera abundan los festivales de cine, teatro, marionetas y música; y cada año hay nuevas citas, como el Festival of Lights, que arranca en marzo del 2017. En invierno, Advent in Zagreb incluye una gran pista de patinaje sobre hielo al aire libre en la plaza King Tomislav, repleta de actuaciones festivas y mercados navideños que llevan dos años seguidos declarados los mejores de Europa.

 

6. Escapar a la montaña, al lago o las plazas

Su posición al pie de la cordillera Medvednica convierte a Zagreb en un gran destino para los amantes de la montaña. Los fines de semana los lugareños disfrutan con una excursión de 2-3 horas por la frondosa montaña al norte de la ciudad, desde donde se goza de unas vistas espectaculares. Es fácil que el viajero se una a ellos, solo tiene que tomar el tranvía nº 14 hasta la última parada, cambiar al tranvía nº 15 y cruzar el túnel del final de la línea; enseguida se llega al bosque y se escuchar el canto de los pájaros.

Y si al viajero no le gusta caminar por la montaña, Zagreb tiene zonas verdes para todos los gustos. La parte de la Ciudad Baja es muy verde gracias a siete plazas interconectadas y a un jardín botánico que forman una ‘herradura verde’, el lugar ideal para hacer una pausa un caluroso día de verano. Cuando la temperatura sube, el mejor sitio para huir del calor es el brillante lago Jarun, al suroeste de la ciudad, donde nadadores y remeros surcan el agua mientras otros toman el sol, pedalean en bicicleta o se deslizan en patines en línea.

Museo de Arte Contemporáneo, Zagreb, Croacia © xbrchx / Getty Images Museo de Arte Contemporáneo, Zagreb, Croacia © xbrchx / Getty Images

7. Ver la ciudad a través de los ojos de sus artistas urbanos

Una buena forma de profundizar en la ciudad y explorar su vibrante creatividad es a través de su arte callejero. Posiblemente el artista urbano más destacado de Zagreb sea Lonac, cuyo nombre significa ‘puchero’. Pinta con espray enormes murales fotorrealistas en edificios, incluyendo otros elementos en sus composiciones, como un conducto de aire acondicionado, que puede convertirse en un tubo de buceo. Otro artista conocido es OKO (significa ‘ojo’), autor de un amplio mural en el Museo de Arte Contemporáneo en el 2015. Los ojos son un elemento importante en sus pinturas, como las figuras en blanco y negro con cabeza de animal y vestidas con trajes antiguos, que son guardianes espirituales.

Otros dos artistas urbanos de Zagreb, Bare y Modul, se han unido para crear la tienda Lapo Lapo Street Art Studio en el centro de la ciudad, y han convertido un terreno ruinoso en un parque artístico para la comunidad. Si el viajero se fija bien, verá obras de estos artistas y de muchos otros en la parte alta y la parte baja de la ciudad, pero si quiere ver arte urbano los mejores sitios son el Student Centre, al suroeste del centro, y la calle Branimir, al sureste, ambos con docenas de murales.

 

Anna Tyler viajó a Zagreb con el apoyo de la oficina nacional del Turismo de Croacia. Los autores de Lonely Planet aseguran su integridad y su independencia editorial siguiendo su propio criterio al margen de las instituciones que han prestado algún tipo de colaboración y nunca prometiendo nada a cambio como, por ejemplo, reseñas positivas.

 

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