Para captar todos los matices de Andalucía hay que dedicarle al menos un mes y emprender una gran ruta por las ocho provincias. Tras este recorrido, apretado y minucioso, el agotado viajero será todo un experto en cultura andaluza.
Se empieza en Sevilla, visitando lo obvio (catedral, Alcázar) y lo menos obvio (Casa de Pilatos, Triana). Las escapadas hacia el oeste llevan a la provincia de Huelva; para el excursionismo es ideal el norte de la misma, donde las suaves colinas de Aracena ofrecen legendarios paseos entre tranquilos pueblos. Se vuelve por Sevilla y se va hacia el este, parando un día en Carmona antes de hacer una incursión al poco visitado Parque Natural Sierra Norte de Sevilla. La segunda semana se va a Córdoba, complemento histórico para Sevilla: las encaladas calles, vestigios romanos y arquitectura musulmana trazan un mapa de la historia andaluza. Hacia el este, la provincia de Jaén es tierra de olivares, que inundan el paisaje; y de arquitectura renacentista, concentrada en las localidades hermanas de Baeza y Úbeda. Más al este, Cazorla es la puerta del Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, la zona protegida más grande de Andalucía aunque solo la visita una exigua minoría.
La tercera semana se inicia en un destino más mayoritario, Granada, rebosante de exótico esplendor. Para visitar las restantes provincias hay que rodear Sierra Nevada hasta Almería, el árido este antaño escenario de las películas del spaghetti western. En la costa se llega a la poco adulterada Almuñécar y se prosigue por un litoral cada vez más lleno de complejos turísticos hasta Málaga, la ciudad de la Costa del Sol que en nada se parece a la Costa del Sol. Se empieza la última semana en la ‘capital’ de los pueblos blancos, Ronda, que con su museo taurino y su impresionante tajo, figura en casi todos los itinerarios. Los pueblos blancos siguen sucediéndose una vez dentro de la provincia de Cádiz; se puede elegir entre Olvera, Grazalema y Ubrique, y disfrutar de los parques naturales circundantes. Es inútil intentar saltarse Arcos de la Frontera; la espectacular estampa de este pueblo en lo alto de un cerro atrae como un imán al viajero. La última semana puede pasarse atando cabos sueltos de la cultura andaluza en Jerez de la Frontera y Cádiz, dos ciudades antiguas pero fundamentales que poseen todo los ingredientes que tan grande ha hecho a Andalucía.