Detrás del descorche de una botella de cava existe todo un mundo, una compleja cultura enológica. Recorriendo el Alt Penedès, la tierra del cava por antonomasia, se descubren muchos de sus secretos, grandes extensiones de viñedos y las más espectaculares bodegas de Cataluña, además de una soleada tierra de parajes insólitos.
La ruta tiene su punto de inicio en Sant Sadurní d’Anoia, considerada la capital del cava, con decenas de bodegas que elaboran este vino espumoso, muchas de ellas abiertas al público, y luego continúa hacia Sant Pere de Riudebitlles, pueblo que, inexplicablemente, no suele figurar en las rutas turísticas, pero que cuenta con un notable conjunto de construcciones medievales, Sant Quintí de Mediona, rodeado de innumerables fuentes de agua, y Sant Martí Sarroca, con un templo y una fortaleza sobre un despeñadero que domina todo el pueblo.
Luego hay que ir a Vilafranca del Penedès, con un museo dedicado a las culturas del vino y un sendero interpretativo por viñedos que muestra el ciclo de la viña, el sistema de poda, los distintos tipos de uvas y los diferentes modos de elaboración de los vinos y cavas. La ruta termina en L’Arboç, localidad también rodeada de viñedos por todas partes y con una curiosa reproducción a escala 1:2 de la Giralda de Sevilla.