Se empieza el día con un desayuno en una de las terrazas del paseo de los Tristes, a orillas del Darro, frente a la Casa de las Chirimías, pues hace falta energía para acometer la cuesta de los Chinos hasta la Alhambra. Tras visitar los palacios, se recomienda hacer un breve recorrido por el Museo de Bellas Artes, antes de deleitarse en los jardines del Generalife. Se puede comer en Jardines de Alberto, entre la vegetación.
Tras una visita al carmen de los Mártires, el Campo del Príncipe ofrece varias terrazas para tomar un café, antes de continuar recorriendo algunos de los lugares más representativos del antiguo barrio judío, como la iglesia de Santo Domingo, el Palacio de los Girones o la Casa de los Tiros.
Para culminar la jornada, nada mejor que degustar la cocina tradicional en Carmela. En verano y en fechas señaladas, es posible acercarse al Corral del Carbón, para disfrutar de su amplia oferta de conciertos.