Se sale desde la céntrica Plaza Nueva, después de saborear el café matinal en cualquiera de sus establecimientos. Desde allí, se pueden visitar las iglesias de Santa Ana y San Gil, la de San Pedro y San Pablo, o los baños árabes de El Bañuelo, hasta llegar a la cuesta del Chapiz, donde se puede disfrutar de una magnífica vista de la Alhambra desde el palacio de los Córdova, donde empieza el paseo por el Albayzín: los aljibes, el mirador de San Nicolás, etc. Unas tapas en el Bar Aliatar Los Caracoles son el mejor preludio a la comida en Casa Gabriel.
El resto del recorrido es cuesta abajo: la antigua Puerta Nueva, un cafetito en Casa Pasteles y un breve paseo hasta el mirador de San Cristóbal. Puesto el sol, queda todavía una agradable caminata por las calles del Albayzín, entre bazares y teterías, hasta llegar a la calle Elvira.
Para cenar, un clásico: Bodegas Castañeda. Si el cuerpo aguanta, la discoteca Boom Boom Room no defraudará a los más trasnochadores.