Se puede empezar por la Madeira Film Experience, que ofrece una visión general de la historia de la isla; luego se visita la catedral de Madeira, la Sé de Funchal, y se realiza una parada en el Museo de Quinta das Cruzes, la mansión mejor conservada de la isla.
Después de comer, se aconseja dar un paseo por la Zona Velha hasta la parada del teleférico, desde donde se sube hasta las nubes, al arbolado barrio de Monte, oculto 500 m arriba. Tras visitar la Igreja da Nossa Senhora, se regresa a la ciudad a bordo de un carro de cesto.
A la caída la tarde, conviene pasear por Frente Mar y recorrer la arena negra de la Praia Formosa para ver el sensacional atardecer en el Atlántico.