Tras un brunch en Época se ven las atracciones de Miragaia. Amantes de la fotografía: se visita el Centro Português de Fotografia y se recorren las callejas medievales llenas de azulejos y salpicadas de arte callejero de la antigua judería, parando a disfrutar de las vistas en el Miradouro da Vitória. Se almuerza en la Taberna de Santo António y se ataja por el Jardim da Cordoaria hacia el norte hasta el Museu Nacional Soares dos Reis, sobresaliente colección de artes plásticas y decorativas. La calle de más arriba es Rua Miguel Bombarda, salpicada de galerías. La tarde se remata con los Jardins do Palácio de Cristal y vistas y copas antes de cenar en Miradouro Ignez.