Aunque a la costa del mar de Alborán que se extiende desde los Baños del Carmen al este hasta el límite de Rincón de la Victoria se la conoce como Pedregalejo, el topónimo responde a una sola parte de la misma, si bien en realidad incluye también Las Acacias, El Palo, El Candado, Peñón del Cuervo y La Araña. El origen de la sinécdoque son los restaurantes del paseo marítimo del Pedegral, antiguos merenderos que han elevado la fritura de pescado y los espetos de sardinas a la categoría de arte.

Una visita a la fascinante cueva del Tesoro, es un buen punto de partida para explorar esta zona desde el lugar más alejado del centro de la ciudad. Si el día es cálido, algo frecuente de abril a octubre, la playa del Peñón del Cuervo, un arenal de 450 m dividido por una gran roca, está bien para darse un chapuzón.

Tras poco más de 2 km por el paseo marítimo, se llega al famoso restaurante Miguelito el Cariñoso, ideal para disfrutar de unos boquerones victorianos con ensaladilla de pimientos. Por el camino, en El Palo y antes de cruzar el arroyo de Jaboneros, merece la pena parar también en La Casita.

Una copa en la terraza de los Baños del Carmen mientras se contempla cómo se pone el sol sobre la bahía de Málaga pondrá el broche perfecto a la jornada.