Estas apretadas calles son famosas por una vida nocturna que no parece amainar por mucho que caiga la noche, pero también está la preciosa plaza de Santa Ana, el patrimonio literario del barrio de las Letras y, en Sol, el palpitante corazón de la ciudad. Aquí se encontrará la suma de todas las personalidades de Madrid, con una fantástica oferta de restauración, ocio y compras.

Sol, Santa Ana y Huertas forman el rincón más ruidoso de Madrid. Muchas rutas por el barrio empiezan en la Puerta del Sol, el vibrante centro de Madrid, y continúan hacia la cercana plaza de Santa Ana y las callejuelas que bajan hacia el este.

Sol es, por encima de todo, un cruce de caminos, un lugar donde quedar antes de dirigirse a otros puntos de la ciudad. No es que no existan razones para quedarse, pero por lo general es un lugar de paso. La plaza de Santa Ana, por otra parte, es un destino en sí misma, una bonita plaza que se ha convertido en el emblema de una ciudad empeñada en vivir bien. También es un lugar muy cambiante. Una soleada tarde entre semana puede parecer tranquila, pero llegada la noche, Santa Ana y las calles circundantes se animan sobremanera.