Pegada a la costa este entre Sídney y Cairns a lo largo de 2864 km, es la ruta más frecuentada de Australia. Se puede completar en dos semanas, pero en cuatro se hace más relajadamente.
Empieza con unos días en medio del brillo y la ostentación de Sídney, para luego serpentear al norte por la Pacific Hwy atravesando el centro y el norte de Nueva Gales del Sur. Se pueden degustar vinos en el valle Hunter y darse un chapuzón en el mar en los familiares Port Stephens y Coffs Harbour, sede del emblemático y kitsch Big Banana. De allí hay que ir a Byron Bay para despertar a la New Age y disfrutar de sus magníficas playas, y luego cruzar a Queensland para conocer la marchosa y surfista Gold Coast. Tras una pausa en la moderna Brisbane, se puede enfilar hacia los montañas Glasshouse y la hippy Eumundi para llegar a la rica Noosa, en la Sunshine Coast.
La Bruce Hwy recorre la imponente costa que llega al extremo norte de Queensland. Frente a la bahía de Hervey pueden avistarse ballenas. Siguiendo al norte se llega al precioso archipiélago de las Whitsunday, a la Gran Barrera de Coral y a Cairns, meca del buceo.
