Muchos viajan a Nueva Zelanda por la nieve de la Isla Sur. Se vuela a Christchurch y se pasa un día entre sus animados bares y restaurantes. La siguiente parada es el monte Hutt y sus 365 Ha esquiables. Al ir al sur, se admiran las vistas nevadas del Aoraki/monte Cook antes de continuar hasta Queenstown, con un esquí excepcional y una intensa vida nocturna. Coronet Peak es la estación más antigua, con pistas excelentes para todos los niveles y para el snowboard. Las montañas Remarkables son más adecuadas para familias.
Para descansar de tanta nieve, se puede rodear el lago Wakatipu y llegar a Glenorchy, o perderse por las bodegas del valle de Gibbston. También se puede optar por las actividades extremas de Queenstown: puenting, ciclismo de montaña y más.
Se regresa a las pendientes en Wanaka (el discreto hermano pequeño de Queenstown). Desde allí, se viaja de noche a la costa oeste para un combinado de helicóptero y senderismo o escalada en el glaciar Franz Josef y el glaciar Fox. Se regresa a Queenstown para tomar el avión.