En las zonas rurales de Ruanda, la comida es muy similar a la de otros países de África oriental. Entre las carnes más populares destacan la de tilapia (perca del Nilo), cabra, pollo y brochetas de ternera (kebabs), aunque casi todos los platos se basan en ugali (harina de maíz) y matoke (plátanos macho). Pero en las ciudades, la influencia francesa se hace patente en el plat du jour (plato del día), que suele ser una versión de la cocina continental con una preparación excelente. Nadie va a Ruanda por sus fiestas, pero eso no significa que no exista vida nocturna o locales donde tomar una copa. Hay muchas opciones en Kigali y Huye (Butare), debido a su joven población y una floreciente clase media. El resto del país es más tranquilo, pero casi todos los hoteles cuentan con un bar.
En la cultura tradicional ruandesa, el nacimiento de un niño es un acontecimiento trascendental que se celebra con una tremenda algarabía. Se presenta al nuevo infante al público general, que propone posibles nombres en varias rondas. Tras una intensa deliberación, los orgullosos padres eligen el nombre que desean y lo celebran con copiosas cantidades de comida, bebida y baile.
Los gorilas en Ruanda, con frecuencia, cuentan con el mismo nivel de respeto y admiración que los humanos, razón por la cual se les debe asignar un nombre de forma similar. Desde junio del 2005, la ceremonia anual de imponer nombres a los gorilas, llamada Kwita Izina, se ha convertido en un evento que cada año acapara más atención por todo el país.