Bienvenidos a Yibuti
Este diminuto país pega fuerte, con una belleza que compensa sus reducidas dimensiones.
Pocos países en el mundo, tal vez con excepción de Islandia, ofrecen paisajes tan extraños: lagos de sal, volcanes inactivos, llanuras sumergidas, chimeneas calizas de las que emanan vapores, planicies basálticas y majestuosos cañones. Los amantes de los espacios abiertos podrán disfrutar de actividades acuáticas y terrestres, como senderismo y submarinismo. La bahía de Ghoubbet es uno de los mejores lugares del mundo para avistar tiburones ballena.
Salvo en la capital, el país está desprovisto de edificación a gran escala. Predomina el ecoturismo, y en el interior hay buenos alojamientos sostenibles que muestran la fascinante forma de vida de las tribus nómadas. Llegar a Yibuti por cuenta propia no es barato, pero, pese al alto coste, el viajero dejará este pequeño rincón de África con nuevas experiencias y magníficos recuerdos.