Bienvenidos a los Dolomitas

Los Dolomitas son la proyección vertical de un territorio sorprendente, la expresión de un irresistible encanto primitivo y majestuoso.

Los Dolomitas se extienden por cinco provincias y tres regiones de Italia. Un territorio inmenso, sobre todo por su tridimensionalidad, ya que se extiende también a lo alto. Es más, podríamos decir que en cuatro dimensiones, teniendo en cuenta desfiladeros, gargantas y grutas. Un vasto territorio que ocupa los nueve sistemas dolomíticos que forman parte del patrimonio de la Unesco: estructuras geológicas espectaculares, residuos de una serie de atolones que hace millones de años afloraban sobre un cálido mar tropical, en el fondo del cual se extienden hoy los fabulosos valles de las regiones de Trentino-Alto Adigio, Véneto y Friul-Venecia Julia. Los autores han recorrido de cabo a cabo este archipiélago fósil, explorando hasta el último recoveco de un territorio único en el mundo.

Un entorno natural que hay que cuidar

De los espacios abiertos majestuosos de los Dolomitas de Brenta a la “enciclopedia geológica” del Bletterbach, de las rocas rosas del Catinaccio a los lagos de un verde transparente y los monumentales picos de los Dolomitas Septentrionales: los paisajes cambian, dando la impresión de que se atraviesa un continente de montañas en el que conviven una inmensa variedad de plantas y animales, cuatro idiomas, mil leyendas y una infinidad de pueblos. Una diversidad que se convierte en un amplio universo cuando se entra en contacto con las culturas de estas montañas, cada una con su propia manera de acoger al viajero, en los valles inmaculados del Trentino-Alto Adigio, entre los pueblecitos de belleza surrealista del Véneto o en la naturaleza salvaje del Friul-Venecia Julia. Cada zona ha creado su arquitectura única, iglesias pintadas, ciudades preciosas y un patrimonio enogastronómico en el que se combinan las influencias más diversas. Un territorio único, que expresa su sublime belleza en el aroma de los vastos prados, en el silencio de los bosques nevados o en la majestuosa imagen de las cumbres rocosas.

Un Patrimonio de la Humanidad

En el 2009 los Dolomitas fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco por su belleza y su excepcional valor geológico. Un patrimonio que es de todos, y que como tal debe ser percibido, exaltado, protegido y conservado. Y los viajeros tienen un papel fundamental, basado en el respeto por la naturaleza y en no dejar rastros a su paso.

 

 

Por qué me gustan los Dolomitas

 

 

 

 

 

 

 

Por Giacomo Bassi, el autor

 

 

 

 

 

 

 

Aunque nací y crecí en una ciudad de mar, y aunque las montañas siempre me parecieron un lugar lejano y vagamente inhóspito, en los Dolomitas enseguida me sentí como en casa. También es cierto que sus cimas plateadas fueron en otro tiempo islotes rodeados de un océano prehistórico, y que el vínculo con el agua (que está por todas partes, en forma de arroyos, ríos, preciosos lagos, nieve y glaciares) se hace siempre presente. Me gusta todo de estas montañas: los senderos, las pistas de esquí, el silencio de los bosques, el arte escondido y el arte visible, la comida, la generosidad de sus habitantes, las praderas infinitas y las cumbres, que al ponerse el sol adquieren tonos rojizos, como si se avergonzaran de tanta gracia y belleza.

 

 

 

 

 

 

 

 

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