Quien piense que Brasil es la única capital del carnaval en Sudamérica se equivoca. Los montevideanos se desatan a lo grande cada febrero, llenando de música y baile todo el mes. No conviene perderse el Desfile de Llamadas, a comienzos de febrero, durante el cual las comparsas recorren las calles de los distritos de Palermo y Barrio Sur durante dos noches. Las comparsas se componen de negros (de ascendencia africana) y lubolos (blancos que se pintan el rostro de negro para el carnaval, siguiendo una antigua tradición uruguaya). La rivalidad entre los barrios se palpa cuando oleadas de bailarines se contonean al son de los electrizantes ritmos de los tambores de tres tonos distintos, tradicionales del candombe afro-uruguayo.