Fundado por el obispo Hovhannes en 1105 y renovado en la década de 1990, Noravank (monasterio nuevo) es uno de los lugares más espectaculares de Armenia. Al ponerse el sol, los tonos bermejos de los peñascos que lo rodean se acentúan, y la piedra dorada y rojiza de sus iglesias adquiere un brillo luminoso, que le confiere una perspectiva magnífica. Los historiadores dicen que la iglesia es una reminiscencia de estructuras funerarias fortificadas construidas en los primeros años de la cristiandad; un magnífico relieve de Cristo flanqueado por Pedro y Pablo da la bienvenida sobre la puerta.