Aunque no se vaya a la India, merece la pena viajar especialmente hasta la frontera y asistir a la asombrosa ceremonia del cierre con la bajada de la bandera, que tiene lugar cada día desde 1948. El acto de arriar la bandera y cerrar la verja es una curiosa mezcla de metódica pompa colonial, cómicos movimientos y seria rivalidad nacional. No faltan el paso de ganso, resoplidos, fuertes pisotones y miradas asesinas, provocando atronadoras ovaciones por parte del público, que corea con fervor a sus soldados coreando sin cesar “Pakistán zindabad” (Viva Pakistán). Tan popular es este espectáculo que se han habilitado tribunas especiales para alojar al patriótico gentío que se da cita aquí. Si el viajero dispone de tiempo, puede presenciarlo desde ambos lados de la valla, pues cada bando se esfuerza por superar al otro a la hora de desfilar, saludar y gritar.