7 aventuras en el salvaje Yukón

Tombstone Territorial Park, Yukón, Canadá
Pi-Lens_Shutterstock

Un viaje al Canadá de Jack London

El Yukón, un lugar donde habitan más animales que personas y por cuyas carreteras transitan más alces que coches, inspiró las novelas de Jack London. Este aventurero territorio ofrece múltiples aventuras y la ciudad más divertida de Canadá. 

1. Contar alces en la Klondike Hwy y confirmar que superan en número a los coches

La Klondike Hwy es una carretera de 716 km que parte de Skagway, en Alaska, para cruzar los increíbles parajes alpinos que se suceden hasta Carcross, siguiendo la ruta de los buscadores de oro de Klondike, la llamada Gold Rush Trail. En 1889 delincuentes de todo tipo rezaban para que llegaran los mineros camino de Dawson por esta ruta. Hoy, en cambio, son los vendedores de camisetas los que esperan la llegada de turistas. Y cuando llegan a Skagway varios cruceros a la vez, las calles se llenan. Pero detrás de esa imagen turística de Canadá se esconden rincones interesantes, como el Chilkoot Trail, una de las rutas de senderismo más apreciadas, de 53 km que pueden ser muy duros cuando el tiempo es malo. Este es uno de los reclamos del Klondike Gold Rush International Historic Park, un conjunto de territorios gestionados por Parks Canadá y el US National Park Service, que van desde Seattle hasta Dawson. 

2. Fascinarse con el intenso ambiente de Dawson City, la ciudad más divertida de Canadá

 Dawson City, Yukón, Canadá © oksana.perkins / Shutterstock  Dawson City, Yukón, Canadá © oksana.perkins / Shutterstock

Aunque no suene demasiado, Dawson City está considerada una de las ciudades más bonitas y con más historia de Canadá. Situada a solo 240 km del Círculo Polar Ártico, en la confluencia del Yukon y el Klondike, fue en otros tiempos el epicentro de la fiebre del oro. Hoy se pasea por sus calles de tierra entre viejos edificios con sospechosos cimientos en el permafrost. Hay una intensa vida cultural y mucha gente considera a Dawson City el lugar perfecto para vivir. La ciudad se puede recorrer a pie en unas horas y sobre todo hay que subir hacia arriba, donde están las calles más antiguas. Para revivir la fiebre del oro, se pueden recorrer los circuitos del Klondike National Historic Sites o bien entrar en el Centro de Interpretación de Jack London, instalado en la cabaña del escritor, que situó en el Yukón sus relatos más populares.

3. Gozar de múltiples aventuras en Whitehorse

Río Yukon, cerca de Whitehorse, Yukón, Canadá © Pecold / Shutterstock Río Yukon, cerca de Whitehorse, Yukón, Canadá © Pecold / Shutterstock

Cualquier viajero que llega al Yukón se ve obligado a visitar Whitehorse, la capital de la provincia, pues en ella convergen las dos grandes carreteras que atraviesan el territorio. Aquí vive una comunidad artística, hay buenos restaurantes y muchos moteles en los que alojarse si lo que se desea explorar son las cercanías del río Yukon. Sorprenden los museos, algunos dedicados a la fiebre del oro, y sobre todo las muchas galerías de arte para una capital de provincia remota que apenas llega a los 25 000 habitantes. Un montón de agencias proponen todo tipo de aventuras y excursiones por los ríos de los alrededores; sin duda, este es el punto fuerte de la ciudad. Hay pocos lugares del mundo donde un aficionado al kayak o al piragüismo pueda disfrutar tanto como en el río Yukon. Y el epicentro de todo está en Whitehorse, el punto de partida para las salidas en piragua y kayak hasta Dawson City. Se tarda hasta 16 días para completar todo el río y hay muchas agencias que incluyen el regreso al punto de salida. 

4. Perderse por el Tombstone Territorial Park y empaparse de la grandeza del norte

Las sombras verdes y grises tiñen los amplios valles y los pequeños glaciares y lagos alpinos salpican las empinadas cordilleras. El entorno es tentador sobre todo en verano, cuando un estallido de color de las flores silvestres tiñe todo el paisaje. El Tombstone Territorial Park se extiende junto a la zigzagueante Dempster Hwy a lo largo de 50 kilómetros. Hay muchos caminos para elegir, y también un excelente centro de interpretación que ofrece paseos y charlas. Este parque único permite realizar buenas excursiones de un día y también caminatas más largas y exigentes solo aptas para excursionistas con mucha experiencia. Tombstone es una fácil excursión de un día desde Dawson City o una salida de varios días, que será una experiencia inolvidable. 

5. Bautizar uno de los más de 100 glaciares sin nombre del Kluane National Park

 Glaciar Dusty, Kluane National Park, Yukón, Canadá © davidrh / Shutterstock  Glaciar Dusty, Kluane National Park, Yukón, Canadá © davidrh / Shutterstock

El nombre de este parque nacional proviene de una palabra tutchoneque significa “lago con muchos peces” y es muy gráfico para imaginarse una de las zonas naturales protegidas más grandes del mundo. Más allá de las montañas que se vislumbran desde la carretera, quedan más de 100 glaciares sin nombre y otros tantos con él.Los inviernos son largos y duros y los veranos, cortos, pero entre junio y septiembre se puede visitar para descubrir las mayores banquisas no polares del mundo. Sus dos terceras partes forman un inmenso glaciar intercalado por valles, lagos glaciales, bosques alpinos, prados y tundra. Un territorio único para hacer excursiones, pescar, ascender a algunos de las cimas más altas del país o pasear por los glaciares.

6. Recorrer la fabulosa White Pass & Yukon Route

Esta ruta es la principal atracción para la mayoría de los viajeros que llegan hasta Skagway, en la Klondike Hwy, pero ya en Alaska. El tren sube hasta el homónimo White Pass siguiendo el célebre White Pass Trail, que se utilizó durante la fiebre del oro de Klondike. Es cómodo, fácil y perfecto para disfrutar de la naturaleza y sentirse un auténtico pionero, sin cansarse. 

7. Sentirse el único ser en el mundo en uno de los parques árticos

Caribús, Yukón, Canadá © Andre Coetzer / Shutterstock Caribús, Yukón, Canadá © Andre Coetzer / Shutterstock

Al norte del Círculo Polar Ártico, la población se reduce a unos centenares de habitantes. Es una tierra solitaria con escasas señales de vida humana. En Old Crow viven los 280 miembros de la comunidad indígena de los vuntur gwich’in, que gracias a que no hay acceso por carretera, pueden vivir a salvo de la legendaria manada de más de 130 000 caribús que cada año migran entre Alaska y el territorio del Yukón. En la parte canadiense, se ha logrado proteger una gran superficie de tundra ártica integrándola en los parques nacionales adyacentes: Vuntut e Ivvavik National Park. Este es un viaje muy interesante para los que sienten la irresistible atracción de los territorios árticos, para los estudiosos del inexorable y destructor cambio climático o para los amantes de Canadá, un país que siempre está en las noticias últimamente.

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