Astana al descubierto: 8 razones para visitar la flamante capital de Kazajistán

Texto por
Anna Kaminski, autora de Lonely Planet
Astana, Kazajistán
evgenykz_Shutterstock

Astana, TOP 5 del 'ranking' de destinos Best in Asia 2017

Entre las infinitas praderas de las estepas del norte de Kazajistán se alza la moderna y avanzada Astana. Con un perfil urbano de flamantes rascacielos nuevos que parecen desafiar las leyes de la física, la capital es un escaparate de arquitectura internacional del s. XXI y una visión de la ciudad del futuro.

Tras el colapso de la Unión Soviética, la deprimida ciudad agrícola de Tselinogrado se reformó por completo y pasó a llamarse Astana cuando, inesperadamente, el presidente Nazarbayev la declaró futura capital de Kazajistán en 1994. La transformación de ciudad pequeña a capital mundial continúa desde 1997, año en el que Astana oficializó su título. Esta urbe que no deja de crecer merece una visita para ver la Expo 2017, o para echar un vistazo a cómo será la ciudad del mañana.

Arquitectura imponente en todas partes © Yerbolat Shadrakhov / Getty Images  Arquitectura imponente en todas partes © Yerbolat Shadrakhov / Getty Images

1. Visitar la feria mundial Expo 2017

El perfil de Astana se internacionalizará este verano con la Expo 2017, a partir del 10 de junio. Aunque la economía del país se basa en el petróleo, el tema de la Expo es la energía del futuro, con compañías energéticas, oenegés y público debatiendo sobre la forma de conseguir un acceso sostenible a la energía reduciendo las emisiones. La sede de la Expo, bien conectada al centro de Astana, será autosuficiente en términos energéticos y mostrará los 17 mejores proyectos mundiales de generación sostenible de energía. Se espera que dos millones de personas visiten la feria, en la que participan 101 países.

 

Dos conos dorados flanquean el Palacio Presidencial © Thien Bui / 500px Dos conos dorados flanquean el Palacio Presidencial © Thien Bui / 500px

2. Admirar arquitectura futurista en Nurzhol Bulvar

Nurzhol Bulvar tiene los edificios contemporáneos más llamativos de Astana. Este bulevar, una especie de aparador arquitectónico, va desde el impresionante Ak Orda –el imponente palacio del presidente– hasta el Khan Shatyr, que parece una gran carpa y es uno de los edificios más increíbles de Astana. El punto fuerte de Nurzhol Bulvar es el monumento Bayterek, de 97 m de altura, una torre de celosías blancas coronada por un huevo dorado, en homenaje a una leyenda kazaja. Un ascensor sube a lo más alto, con vistas inolvidables de la ciudad y de edificios con curiosos nombres locales, como las dos ‘latas de cerveza’ cónicas doradas cerca del Ak Orda; los rascacielos ‘aurora boreal’, sinuosos y verdiazules; y el ‘mechero’, en color cobre brillante, que alberga el Ministerio de Transporte y Comunicaciones.

Al otro lado del río Ishim, la imponente pirámide de cristal y acero del Palace of Peace & Harmony fue diseñada por Norman Foster como espacio de reconciliación donde los líderes de varias religiones se reúnen en el trienal Congreso de las Religiones Tradicionales del Mundo. Un circuito guiado incluye la ópera del sótano, el gran patio interior, los ascensores en diagonal, los jardines colgantes y la punta luminosa de la pirámide con palomas de vitrales, cortesía del artista británico Brian Clarke.

 

Las 'shashlik' (brochetas de carne a la brasa), una comida típica kazaja © Martin Moos / Getty Images Las 'shashlik' (brochetas de carne a la brasa), una comida típica kazaja © Martin Moos / Getty Images

3. Comer como un lugareño

Como cualquier capital que se precie, el panorama culinario de Astana es variado y se expande con rapidez. Su oferta va desde la comida clásica kazaja en sitios como Epoch (un restaurante soviético kitsch en 9 Valikhanov St) y Vechnoye Nebo hasta las ricas shashlik (brochetas de carne) y la cerveza de la microcervecería Line Brew. La cocina internacional está bien representada con auténtica comida india en Fusion Guru, excelente sushi en Izumi Tay, platos picantes coreanos en Korean House y fragante comida georgiana en Daredzhani (Qabanbay Batyr Ave 34).
 

4. Escuchar música tradicional

Astana es una ciudad moderna, pero en ella suenan el dombra (un laúd de mástil largo y dos cuerdas) y el kobyz (parecido a un violín) en los conciertos de música folk. El escenario más prestigioso es el Central Concert Hall, una estructura curvilínea con forma de flor, obra del arquitecto italiano Manfredi Nicoletti.

 

La playa cubierta del Khan Shatyr, diseñado por Norman Foster © Jane Sweeney / Getty Images La playa cubierta del Khan Shatyr, diseñado por Norman Foster © Jane Sweeney / Getty Images

5. Una playa de interior

El translúcido Khan Shatyr, de 150 m de altura, es uno de los edificios más notables de Astana. Obra de Norman Foster, es la marquesina más grande del mundo. La estructura es de ETFE (Etileno-TetraFluoroEtileno), un material que absorbe el calor y mantiene la temperatura interior de la marquesina y centro comercial a 20 grados, un oasis tropical en pleno invierno. Además de tiendas en sus múltiples plantas, el Khan Shatyr tiene un monorraíl y atracciones infantiles, y la planta superior es el exclusivo Sky Beach Club, con playa de arena, piscina, palmeras y toboganes acuáticos; un lugar muy agradable cuando la temperatura cae bajo cero.
 

6. Habitaciones de todos los precios

Con vistas a la Expo 2017, se han abierto 35 hoteles en Astana, con opciones para todos los bolsillos, desde el Radisson, de 5 estrellas, el St Regis Astana o el Beijing Palace Soluxe hasta buenos albergues como Nomad Hostel y Apple Hostel, y un montón de hoteles de precio medio, como el Boutique Hotel Tomiriz, en Kurgaldzhinskoye Hwy 9, y el Tengri Hotel.

 

Atuendos ecuestres expuestos en el Museo Nacional © Megan Eaves / Lonely Planet Atuendos ecuestres expuestos en el Museo Nacional © Megan Eaves / Lonely Planet

7. Descubrir la historia en un excelente museo

El enorme Museo Nacional de la República de Kazajistán posee una colección extraordinaria. El vestíbulo es magnífico, con un águila dorada bajo el sol kazajo, y las muestras tratan sobre arqueología, de la prehistoria a la II Guerra Mundial, los gulags y el arte contemporáneo kazajo. El Hall of Gold muestra los tesoros de los túmulos funerarios repartidos por el país, y el Hall of Ethnography está dedicado a la vida nómada.

 

El conmovedor museo memorial de Malinovka © Bas van den Heuvel / Shutterstock El conmovedor museo memorial de Malinovka © Bas van den Heuvel / Shutterstock 

8. Recordando el pasado soviético

La zona que rodea Astana tiene una historia sombría. Durante el régimen de Stalin, Malinovka, 35 km al oeste de la ciudad, era la sede del ALZhIR, un campo de concentración de esposas e hijos de los ‘enemigos del pueblo’. El Museum-Memorial Complex recuerda a las víctimas de la represión política soviética con varias exposiciones sobre los gulags de Kazajistán. Los operadores de Astana organizan circuitos de un día. En la ciudad se pueden ver maravillosos mosaicos de la época soviética sobre la clase trabajadora, en la antigua estación de trenes. A varias manzanas de esta estación se halla un decrépito silo de grano de la fallida campaña de las Tierras Vírgenes que impulsó Nikita Khrushchev en los años cincuenta.
 

Cómo llegar

Sorprende lo fácil que es llegar a Astana. La aerolínea nacional, Air Astana, tiene vuelos directos a la capital desde las principales ciudades europeas y asiáticas, y otros puntos de Asia Central y el Cáucaso. Desde enero del 2017, cuando las leyes se flexibilizaron, viajeros de 45 países, incluidos los de la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá y Australia, pueden visitar Kazajistán sin visado hasta 30 días.

 

El Central Concert Hall en el crepúsculo © Jane Sweeney / Getty Images El Central Concert Hall en el crepúsculo © Jane Sweeney / Getty Images

Astana es muy fácil de recorrer gracias a una red de nuevos autobuses y una app muy útil, Astana Bus Free. Los eco-taxis también se pueden localizar con la app EcoTaxi, y admiten tarjetas de crédito. Una red de tren ligero funcionará a finales del 2018. La ciudad también está bien conectada con otras partes de Kazajistán por tren y avión, con una nueva estación de trenes abierta en junio de este año que doblará la capacidad ferroviaria anual de la ciudad; una nueva terminal del aeropuerto también recién abiertas; y dos nuevas estaciones de autobuses de larga distancia, ahora en obras.

 

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