El crisol de las Américas
Belice fue en su día un destino secreto, pero se ha corrido la voz de sus encantos y todo el mundo parece querer ahora un pedacito de este remanso de belleza.
A menudo comparado con México y Costa Rica, la llamada "joya de Centroamérica" es un destino diferente. Desde su amplia variedad paisajística a las costumbres de los grupos étnicos del país, Belice casi puede definirse como un país de difícil definición. Es un crisol de culturas, maya, criolla beliceña (krisol), garífuna y mestiza que conviven en aldeas costeras, pueblos de la pluvisilva y comunidades agrícolas. Dicha diversidad convierte Belice en un lugar hospitalario para toda suerte de turistas.
Aquellos que quieran echar una mano e involucrarse con las organizaciones locales tienen muchas maneras de hacerlo: ¡hay ofertas para todos los gustos!

Cultura de la protección
Pese a las diferencias de procedencia y tradiciones, la protección del entorno natural es un valor que une a los beliceños: en el 2018, la organización de protección marina Oceana facilitó una moratoria del Gobierno en la extracción de crudo en la barrera de coral que sigue vigente; y en el 2021, se compraron más de 100 000 Ha de pluvisilva primigenia para protegerla a perpetuidad. Se aprobaron unos planes para eliminar gradualmente los plásticos de un solo uso en todo el país y, aunque el Covid-19 retrasó su entrada en vigor, Belice sigue comprometido a hacerlo realidad.

Paraíso pospandemia
Incluso cuando muchos países sintieran la presión de la pandemia, Belice se mantuvo como un destino relativamente seguro. Sin embargo, con un 50% del PIB dependiente del turismo y un gran descenso en el número de visitantes, la crisis económica fue inevitable.
No obstante, el país está bien equipado para hacer frente a la realidad pospandémica. Casi todos los restaurantes ya están al aire libre para paliar el calor caribeño, y la mayoría de las actividades y atracciones del país también lo son y, por naturaleza, distantes socialmente.
El secreto de Belice ha salido a la luz y su popularidad parece asegurada, aunque eso, con suerte, no va a cambiar las razones por las que siempre ha sido un destino mágico y único.
