Jordania es una especie de flor del desierto, un lugar de paz y estabilidad duraderas, que florece de forma improbable en una región conflictiva. Es famosa por ciudades perdidas de un pasado remoto, pero también es un buen lugar para tomar el pulso al Oriente Próximo actual. Y ahora hay otra gran razón para visitarla: en el 2025, el Jordan Trail celebrará su 10º aniversario, el momento ideal de recorrer este camino polvoriento entre olivares y silenciosos 'wadis' (valles). No hay mejor manera de explorar este fascinante país que a pie.
Imprescindible
- Iniciar (o acabar) la caminata por el Jordan Trail con una comida en Hashem, un legendario restaurante al aire libre en la capital jordana, Amán, con un falafel increíble.
- Pasar por la Pequeña Petra, un asentamiento nabateo unos 8 km al norte de la propia Petra.
- Beber azucaradas tazas de té con menta al lado del sendero, un buen combustible para los arduos ascensos del Jordan Trail.
- Olvidar el vértigo y reunir el valor para escalar los arcos de roca arenisca del Wadi Rum.
Un sendero diferente
Muy pocas personas viajan a Oriente Medio para practicar senderismo. A algunos les disuaden las asfixiantes temperaturas. A otros les desanima cargar una pesada mochila con agua potable durante áridos kilómetros. Para muchos, esta región es sinónimo de fronteras impredecibles, donde deambular libremente puede parecer inconveniente o incluso imposible. Teniendo todo esto en cuenta, la creación del Jordan Trail en el 2015 fue un acto revolucionario. Esta ruta de 676 km, que ahora celebra su primera década, cruza Jordania de arriba abajo, un viaje épico en el que los caminantes descubren capas de historia y atraviesan kilómetros de geografía diversa y asombrosa.
Sustento junto al sendero en una tienda beduina. © ChameleonsEye/Shutterstock
El sendero empieza en el norte, entre huertos y olivares, junto a la frontera con Siria; el extremo sur se encuentra en un desierto bañado por el mar Rojo. Caminar ya solo un breve tramo desvela una cara del país que la mayoría de los turistas se pierden, pues el Jordan Trail es, en esencia, un proyecto comunitario. De día pastores de la zona pueden guiar a los excursionistas, con pausas para tomar té preparado en una hoguera. Por la noche, los caminantes cansados duermen en colchones bajo las estrellas, en campamentos beduinos. La famosa hospitalidad de Jordania se disfrutará durante todo el trayecto.
Puntos destacados
El Jordan Trail pasa por muchos lugares imprescindibles del país, como la abrasadora extensión salina del mar Muerto (el punto seco más bajo del planeta) y los monolitos marcianos del Wadi Rum. Además de los paisajes, se verán vestigios de civilizaciones desaparecidas, como la antigua ciudad helenística de Gadara, el castillo de Ajlun, de la época de las Cruzadas, o las enormes almenas de la fortaleza de Karak.
Senderista por el Wadi Rum. ©Jacob Kupferman/Getty Images
Sin embargo, para la mayoría de los viajeros una ciudad antigua eclipsa a todas las demás: Petra. El tramo de cuatro días del Jordan Trail desde Dana a Petra es el más popular y quizá el más bonito. A pie se goza de otra perspectiva de la legendaria ciudad excavada en la roca, pues se siente el paso de los antiguos caminantes por el 'wadi' para entrar en su santuario. Esta etapa guarda muchas otras sorpresas. Quizá se oiga al íbice nubio pisar los cañones de la Reserva de la Biosfera de Dana. Se podría pasar la noche contemplando las estrellas en Feynan Ecolodge, un hermoso hotel sin conexión eléctrica, iluminado con velas, cuya azotea ofrece vistas sublimes de las constelaciones.
Seguramente uno se sentirá lejos de la civilización en el remoto Wadi Feid y sus profundos cañones, antes de, solo uno o dos días después, abrirse paso entre la multitud para entrar en Petra y contemplar cómo brilla la fachada del Monasterio en la bruma producida por el calor. Ya se detenga en Petra para explorar las tumbas talladas por los nabateos hace dos milenios o avance al sur hasta el Wadi Rum, el senderista notará que el Jordan Trail se cuenta entre las rutas de larga distancia más fabulosas del mundo. Es toda una epopeya. El único inconveniente es que se debe cargar con una mochila llena de agua potable.