10 consejos para primerizos (y para expertos)
El vídeo es perfecto para trasmitir la experiencia de un viaje: imagen, sonido y movimiento se unen para captar la esencia de un lugar y de un momento. Los buenos vídeos logran transmitir al espectador la sensación de que también él está viajando.
El vídeo es perfecto para trasmitir la experiencia de un viaje: imagen, sonido y movimiento se unen para captar la esencia de un lugar y de un momento y transmitir al espectador la sensación de que también él está viajando.
Con las nuevas cámaras y los smartphones se filman vídeos estupendos, y el software de edición es hoy más accesible que nunca. La generación YouTube demuestra que cualquiera tiene su público; y que no hacen falta títulos o años de experiencia. Además, si se comparten las experiencias viajeras en redes sociales, los vídeos tienen mucha más fuerza que una simple fotografía y se viralizan mejor.
Pero hacer un buen vídeo de viaje no es tan fácil; a continuación, una selección de 10 consejos a tener en cuenta para que crear vídeos originales y entretenidos.
1. ¿Qué cámara llevar de viaje?
Empecemos por lo básico: ¿qué cámaras garantizan vídeos de calidad? Una opción son las cámaras réflex digitales, también conocidas como cámaras DSLR. Las hay de muchos precios, pero incluso las más económicas filman vídeos de gran calidad y pueden equiparse con una amplia selección de objetivos, si bien el más recomendable es un zoom de rango medio, por ejemplo, con una distancia focal de 24-105 mm, que es el más versátil.
Pero si la idea es compartir los vídeos online o en las redes sociales, la verdad es que un iPhone 6 con el máximo de memoria (132 GB) ofrece resultados fantásticos. Si se le instala la aplicación iMovie, se pueden editar los vídeos al instante, y su tecnología es tan sofisticada e intuitiva que cualquiera puede crear fantásticos vídeos con su teléfono y subirlos enseguida a cualquier red social. También puede tenerse en cuenta la opción equivalente en Android.
Sea cual sea el smartphone elegido, siempre hay que procurar filmar en modo paisaje (esto es, con el teléfono en horizontal) para que el formato final del vídeo sea óptimo.
2. Accesorios: la preparación es la clave
Antes de partir se debería pensar qué se va a filmar y cómo puede afectar la localización, el tiempo y la accesibilidad a alguna fuente de energía. Si se va a estar todo el día fuera, hay que llevar un par de baterías extra. Toda filmación que dure más de un día implica buscar fuentes de energía para cargar las baterías. Existen opciones excelentes, como los cargadores solares Goal Zero y sus baterías, que se cargan sobre la marcha.
Hay que tener muy en cuenta:
- Si se va a filmar en terreno agreste, merece la pena invertir en una buena mochila para cámara, y a ser posible elegir una con cinturón lumbar, sujeciones para trípodes y refuerzo para la espalda.
- Si se viaja a un lugar con mucha humedad, hay que buscar bolsas, maletas o fundas estancas, para cámaras digitales.
- Si se planea filmar escenas de acción, tal vez haya que invertir en una o dos cámaras GoPro de última tecnología. Pequeñas y ligeras (y fáciles de llevar), son versátiles y permiten crear vídeos muy dinámicos.
- Si se hace una lista de localizaciones y lugares o elementos interesantes se maximizará el esfuerzo.
3. La planificación
Hay que dedicar un tiempo a planificar lo que se va a filmar antes de empezar; o incluso antes de iniciar nuestro viaje. ¿Se va a filmar un vídeo para uno mismo o para compartirlo con otras personas? ¿Se quiere publicarlo en internet o en redes durante el viaje o almacenar todo lo filmado mientras se viaja? Si se sabe lo que se quiere, será más fácil contar con el equipo adecuado, los enlaces de redes sociales necesarios y cualquier otro elemento que pueda ser útil.
También hay que pensar en un plan práctico de acción. Por ejemplo, ¿se va a grabar al compañero(s) de viaje o se prefiere hacerlo en plan selfie? ¿Con una voz en off o con banda sonora? Lo mejor es hacer primero una prueba, para ver cómo sale, y procurar que la persona que filme tenga unas mínimas nociones de composición y conozca bien el material con el que trabaja. Sería una pena regresar del viaje y descubrir que el vídeo se ha filmado en modo retrato en lugar de en modo paisaje (en horizontal) o con un dedo tapando el objetivo (¡sucede más a menudo de lo que parece!).
4. Copias de seguridad
Puede que se haya filmado el vídeo de la vida, pero si la tarjeta falla o desaparece la cámara, no habrá servido de nada.
Hay que guardar siempre una copia de los archivos, al menos, en dos sitios, y no en tarjetas de memoria que se estropean fácilmente tras un uso reiterado. Proveedores de almacenamiento en línea como iCloud, Dropbox o Flickr son buenas opciones para guardar vídeos de smartphone, pero subirlos requiere un montón de datos, y almacenar archivos grandes, con el tiempo, será caro, así que esta opción no es la más práctica si se usa cámara digital.
Otra opción más conveniente es llevar un lector de tarjetas veloz y, a poder ser, dos discos duros todoterreno que resistan el trajín del viaje. También hay que comprobar las especificaciones de la cámara y elegir la resolución con la que se va a filmar. En la mayoría de las cámaras digitales, una tarjeta de 16 GB permite filmar 44 min en HD. Más vale que sobre que no que falte, así que mejor calcular el espacio que se necesitará.
Para ahorrar tiempo al editar el material, se puede hacer una lista con lo que se almacena en cada tarjeta.
5. Sin batería en el fin del mundo
En las zonas más remotas no siempre hay fuentes de energía. Si el viaje se sale de los circuitos turísticos, vale la pena prever soluciones.
Si se usa una cámara digital, hay que llevar muchas baterías cargadas de repuesto (así como tarjetas de memoria), aprovechar todas las oportunidades para cargarlas y nunca dar por sentado que siempre estarán dispuestas. Si se compra un disco duro externo, que sea uno de los que se cargan directamente con un ordenador portátil; así, mientras el portátil tenga batería, se podrá ir guardando archivos.
Si en el alojamiento no hay electricidad, se puede recurrir a los cafés locales. Si esta opción tampoco funciona, hay que buscar un vendedor ambulante que cargue teléfonos móviles, pero sin descuidar el equipamiento caro, que puede ser muy tentador para alguien que gana poco dinero. Lo mejor es permanecer junto a él mientras se carga o dejar a un guía de confianza vigilando.
Cuidado con gastar la preciada vida de la batería filmando sin ton ni son. Es muy frustrante comprobar que no se puede filmar la escena perfecta porque el día anterior se agotó la batería con una puesta de sol mediocre.
6. El audio también es importante
Muchos aficionados a los vídeos gastan tiempo y dinero en las imágenes, pero descuidan la importancia del sonido, aunque a menudo este es más importante que la imagen. Un mal audio estropea una filmación, pero con un buen audio siempre se puede superponer imágenes buenas sobre imágenes malas.
Si se filma con una cámara digital o un smartphone, hay que procurar que cualquier sonido que se quiera capturar se halle a menos de 10 metros de la cámara; si esto no es posible, habrá que comprar un micrófono. Se conectan directamente a la cámara, así que no necesitan batería, y el audio se sincroniza de forma automática en la postproducción.
7. Evitar el zoom
El zoom es la trampa fácil en la que suelen caer los principiantes que dan el salto de la fotografía al vídeo.
El botón del zoom es muy útil cuando se toman imágenes estáticas, ya que permite al espectador acercarse al sujeto sin tener que moverse. Pero si este recurso se emplea en un vídeo, marea al espectador. Lo mejor es filmar de cerca.
Desde un punto de vista técnico, cuanto más se aproxime el zoom al sujeto, menos estable será la imagen, y puede resultar en un vídeo movido o borroso. Hay que resistir la tentación y optar por aproximarse al sujeto, si es posible. Por supuesto que hay excepciones, como los eventos deportivos o las zonas restringidas de los museos, cuando uno no puede acercarse todo lo que quisiera a la acción, pero en general no hay que usar el zoom al filmar.
Con filmar un plano general, parar la grabación y filmar un primer plano ya es suficiente. Se evitan mareos entre los espectadores y a la vez se obtiene un resultado más profesional. Para acercarse al sujeto mientras se filma hay que procurar no perder de vista la acción. Para ello es interesante tener en cuenta la excelente gama de accesorios de las GoPro. Son unas de las cámaras más compactas del mercado y sus accesorios incluyen un arnés de pecho que viene a ser el estabilizador de imagen más económico del mercado.
8. Secuencias en ‘time-lapse’
El time-lapse es el proceso de tomar un montón de fotografías durante un período de tiempo determinado y después montarlas creando una secuencia que aparece acelerada. Cada vez lo encontramos más en youtube y en los vídeos de viaje, sean o no profesionales.
Si se elige un lugar con mucho movimiento (un festival o un cruce de tráfico), el time-lapse parecerá una avalancha de actividad, un conjunto de imágenes trepidantes y frenéticas. Si se elige un elemento que se mueva con lentitud (el sol poniéndose o una semilla que crece, por ejemplo), el time-lapse dará fluidez al movimiento.
Con una cámara digital hay que usar el enfoque manual, y tener en cuenta la exposición: si se filma de noche, hay que usar un número f bajo para que la cámara capte toda la luz posible. Los intervalos de tiempo dependen del elemento que se filma; aquí incluimos algunas sugerencias. Lo ideal es experimentar para descubrir qué intervalos se ajustan mejor a lo queremos conseguir.
Intervalos recomendados:
* Intervalos de 1 segundo: tráfico, multitudes
* Intervalos de 3 segundos: nubes, puestas de sol
* Intervalos de 15-30 segundos: movimientos celestes, el sol desplazándose por el cielo
* Intervalos de 2 minutos o más: edificios en construcción, plantas que crecen
Con un iPhone 8 o superior es posible filmar vídeos en time-lapse con la aplicación de la cámara del móvil. Por lo general, filma a intervalos de 0,5 segundos, aunque el tiempo del intervalo depende de la duración de la filmación.
Siempre hay que usar trípode: cualquier leve temblor estropea un time-lapse.
9. Como ser un vídeobloguero convincente
Los vídeoblogueros de más éxito son los que saben cómo comunicarse con su audiencia de forma natural. Cada uno puede tener un estilo propio pero hay algunos consejos básicos que servirán a todos, como:
- Mirar a la cámara como si se estuviera hablando con un amigo. y hablar al objetivo para establecer contacto visual con los espectadores.
- No preocuparse por formular frases perfectas, sentirse libre para reír, hacer pausas o hacer el ridículo, da autenticidad.
- Ser honesto. No todo es maravilloso; a veces suceden cosas extrañas y desagradables, y hay que hablar de ellas. Describir bellas puestas de sol se hace aburrido enseguida.
- Estar más animado y alegre de lo habitual: los vídeos siempre ganan si se exagera un poco. Pero eso no significa hacer el payaso. Se trata de hablar con confianza y asertividad para intentar entretener a la gente.
- Descubrir el ángulo de cámara más favorecedor, el contrapicado, e intentar usar un objetivo lo más ancho posible. Combinar varios tipos de planos: planos completos, primeros planos, planos medios largos y cortos… A los espectadores les gusta ver al vídeobloguero y su entorno en la misma imagen, no solo una cara.
- A veces no es fácil expresarse en las voces en off, porque solo se cuenta con el audio para explicarse. Hay que hablar lo más normal posible.
10. Cómo comenzar a hacer nuestros vídeos de viaje
Lo primero que hay que hacer es muy básico: si se utiliza un smartphone, hay que activar el modo avión antes de empezar para evitar que una llamada telefónica interrumpa la grabación
Cuando se tenga definido el material y quién presenta el vídeo, viene muy bien hacer una lista para saber qué se va a filmar:
1. Un buen plano de partida: así se sitúa al espectador y, además, se puede añadir un título al proyecto en la fase de postproducción.
2. La escena inicial, que debe establecer lo que se está haciendo y lo que se va a hacer a continuación; no hay que tener miedo a mostrar las emociones, aunque se esté cansado, hambriento o de mal humor: también es interesante ver cómo se reacciona.
3. Filmar un montón de secuencias de las vistas que rodean o de las aventuras que se viven. Hay que mantener siempre la imagen durante, al menos, cinco segundos. Si se hace un barrido de izquierda a derecha se necesitará muy buen pulso o un pequeño trípode. Después se puede usar una voz en off para estas secuencias, o superponer las imágenes al sonido de otros fragmentos.
4. Si es posible, aprovechar cortes de voz de breves entrevistas con personas del lugar para dar vivacidad al vídeo.
5. Recapitular al final todo lo que ha ocurrido, las reflexiones y emociones, y añadir un guiño al siguiente capítulo, si cabe. Siempre se debe dejar al espectador con ganas de más.