Al contrario de lo que pueda parecer, no es necesaria ninguna clase de guía turística para recorrer Savoca. Este tradicional pueblo siciliano es pequeño y mucho menos turístico de lo que cabe pensar, o al menos de lo que yo me hubiera imaginado. Poco ha cambiado, salvo la evolución natural de la isla, desde aquel cálido verano de 1971 cuando un prometedor Coppola se instaló en Savoca para dar vida a la trilogía que lo catapultó a la fama.
Qué ver en Savoca
De la villa medieval de Savoca hay dos escenarios que ningún cinéfilo puede perderse. El primero es el bar Vitelli, donde Michael le pide la mano de Apollonia, su primera mujer, al señor Vitelli, dueño del bar. Poco ha cambiado desde entonces y la terraza del Vitelli, de hecho hasta las cortinas son exactamente las mismas que hace 40 años, donde se sigue pudiendo disfrutar de una tradicional granita (granizado de limón), a la que tanto se aficionó Coppola durante el rodaje. En el interior del bar Vitelli se recuerdan, a través de innumerables fotografías y objetos de la época, los días de rodaje que situaron en el mapa mundial a esta tradicional villa siciliana. Tras salir del bar Vitelli y siguiendo las empinadas y empedradas calles de Savoca, la siguiente parada es la iglesia di San Nicolò (también conocida como la iglesia de Santa Lucía) donde, en la ficción, se casan Michel y Apollonia.
Qué ver en Forza d’Agro
A través de una carretera no apta para cardíacos y con unas impresionantes vistas al mar se accede a Forza d’Agro, la preciosa villa medieval donde también podemos encontrar diferentes localizaciones de la película de El Padrino y, atención, una de las mejores pizzas de toda Sicilia. Entre las escenas más reconocibles rodadas en esta pequeña villa medieval se encuentran la fuente de la plaza principal del pueblo o la iglesia Madre di Forza D´Agro (El Padrino III).
No hay que abandonar Forza d’Agro sin probar las pizzas de Antichi Muri, un restaurante sin pretensiones de cuyo horno de leña (dicen que) salen las mejores pizzas de todo Sicilia. No sé si serán las mejores o no, pero desde luego sí que son unas de las más deliciosas que yo he probado en mi vida. Buon appetito!
Si quieres refrescar la memoria y ver cómo Vitto Corleone se paseaba por las calles de Savoca, basta con que pinches aquí.
Texto: Lorena G. Díaz
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