1. De Ciudad del Cabo, Sudáfrica, a El Cairo, Egipto
Hay que prever unas 10 semanas para esta odisea africana. Se parte de la cosmopolita Ciudad del Cabo, se atraviesan 11 países e incluye algunas paradas impresionantes. Por si las cataratas Victoria, el Kilimanjaro y el desierto de Nubia, que posee las mayores dunas del mundo, no fuera suficiente, pueden verse todas las especies de fauna africana. El estado de las carreteras es nefasto.
2. Las tierras altas costeras, Escocia
Unas carreteras de vía única atraviesan la bella costa oeste de Escocia. Desde las largas rías y los valles tallados por glaciares del sur, pasando por las llanuras costeras del centro bordeadas por montañas, a las compactas orillas del norte, recorrer la costa escocesa es un hermoso viaje. Los castillos forman parte del paisaje y los pueblos ofrecen una parada perfecta. También es tierra de whisky; un trago es lo más reconfortante al final de un día de conducción.
Puede usarse el mapa interactivo de la página web del National Trust of Scotland (www.nts.org.uk).
3. De Ámsterdam a Estambul
Estambul © Pedro Szekely - www.flickr.com/photos/pedrosz/25363842340
En línea recta son alrededor de 2200 km, pero en coche son muchos más. Depende de cuántos países se quieran visitar. Se pasa por Alemania, República Checa, Eslovaquia, Hungría, Rumanía y Bulgaria. Un montón de diferentes leyes, estado de las carreteras, trazados, paisajes y juegos de “veo veo”.
4. De Delhi a Agra, India
Si se desea enfrentarse a las frenéticas carreteras de la India, este es el viaje perfecto (también se puede contratar un chófer, sentarse atrás y disfrutar del viaje). Se sale de la capital, una confusa maraña de 13,8 millones de almas, y tras recorrer 240 km hacia el sureste llega la recompensa en Agra: el Taj Mahal, uno de los mausoleos más famosos del mundo.
Véase www.delhitoagra.com, que ofrece circuitos y consejos para planificar la estancia en el triángulo dorado de la India.
5. Costa Este, Australia
Bordeada por sensacionales playas y salpicada con soberbios parques nacionales, esta ruta clásica atraviesa tres estados. En el de Victoria se halla la cosmopolita Melbourne. La asombrosa ciudad de Sídney rezuma consumismo y da paso a los paraísos hippies más al norte. Y el estilo Las Vegas aparece al anochecer, cuando se llega al estado de Queensland, aunque su verdadera belleza reside en su costa tropical. Sus excelentes carreteras hacen que los kilómetros sean buenos compañeros de viaje.
De vez en cuando en los arcenes se ven extrañas esculturas conocidas como Big Things; es indispensable parar en Big Banana, en el puerto de Coffs.
6. Sendero Cabot, Isla de Cabo Bretón, Canadá
Faro Isla de Cabo Bretón © Dennis Jarvis - www.flickr.com/photos/archer10/6375864653
En Nueva Escocia, en la costa oriental de Canadá, el sendero Cabot (298 km) dibuja un círculo en el extremo norte de la isla de Cabo Bretón. En el camino hay muchas oportunidades de estirar las piernas. A lo largo del mismo se extiende el Parque Nacional de las Tierras Altas del Cabo Bretón, que ofrece innumerables paseos. En este sitio el avistamiento de ballenas es un pasatiempo muy popular, así que no hay que olvidar los binoculares. El sendero Cabot se hace con facilidad y está salpicado de pueblos en los que reponerse.
El Parque Nacional de las Tierras Altas del Cabo Bretón está abierto todo el año, pero la totalidad de sus instalaciones solo está disponible en verano (mediados de mayo a octubre). Véase www.pc.gc.ca.
7. De Ciudad del Cabo a Hermanus, Sudáfrica
Este viaje costero por el sur atraviesa encantadores pueblos de playa y abarca numerosas maravillas naturales sudafricanas. Una vez vista la colorida Ciudad del Cabo, rodeada de viñedos y playas, hay que dirigirse hacia el este por False Bay. El tramo de 122 km hasta Hermanus puede hacerse en un día, pero merece la pena ir despacio. Varias reservas naturales albergan tierras pantanosas (hogar de los hipopótamos) y magníficas playas. En Hermanus se puede dejar de prestar atención a la carretera para avistar las ballenas que juguetean frente a la costa entre junio y noviembre.
En Hermanus hay que visitar el mercado de pescadores de los domingos (abre a las 8.30). Para alojamiento y actividades en Hermanus, véase www.hermanus.co.za.
8. Costa Amalfitana, Italia
Costa Amalfitana © Mr. Theklan - www.flickr.com/photos/theklan/15631710971
La Costa Amalfitana, que se extiende a lo largo de 50 km entre Sorrento y Salerno, al sur de Nápoles, ofrece unas maravillosas vistas que hacen difícil mantener la vista en la carretera. Esta estrecha cinta de asfalto serpentea por acantilados que acaban en cristalinas aguas azules y pasa por los hermosos pueblos de Positano y Amalfi. Conducir por esta costa puede ser algo angustioso pues los conductores de los autobuses circulan despreocupadamente en las curvas muy cerradas. En verano se convierte en un atasco de 50 km, lo que da la oportunidad de disfrutar del paisaje.
Se recomienda visitarla en verano (de junio a agosto) para disfrutar de las fiestas de los pueblos; véase www.amalficoastweb.com.
9. Ruta 66, EE UU
Todavía se puede disfrutar la Ruta 66. Este viaje de 4000 km desde Chicago hasta California (pasando por Kansas, Texas y Arizona), en el que se goza más conduciendo un antiguo Pontiac o un Chevrolet, nos hace retroceder en el tiempo. Por supuesto, se sobrevive a base de hamburguesas, patatas fritas y tartas, y los refrescos se toman en vasos de papel. Conocida popularmente en Estados Unidos como la “calle mayor” o la “madre de las carreteras”, esta ruta poco a poco ha sido desplazada. Pero, a pesar de que las nuevas autopistas interestatales la hayan desbancado, nunca conseguirán extinguir su leyenda.
La Federación Nacional Histórica Ruta 66 (www.national66.org) se esfuerza por conservar la desmantelada autopista; según esta federación todavía se puede conducir en un 85% de su recorrido.
10. Costa oeste de la Isla Sur, Nueva Zelanda
Desde los alrededores de Nelson hay que dirigirse hacia el extremo sur de Nueva Zelanda. Por el camino se pasa por el memorable Westport, desde donde se puede acceder a las fabulosas cuevas de la cuenca del Oparara. Otros lugares
destacados incluyen las atracciones de los estrechos de Doubtful y Milford, un tranquilo fiordo de 22 km dominado por escarpados picos, que atrae a más de 14 000 visitantes al año. El más tranquilo estrecho de Doubtful también alberga un paisaje magnífico, con accidentados picos, densos bosques y atronadoras cascadas.
Se recomienda deshacerse del coche y hacer un crucero nocturno por el estrecho de Doubtful zarpando de Manapouri.
