Algunos de los lugares de interés más sagrados de Barcelona se encuentran hacia el noroeste, más allá del Eixample. Uno es el monasterio medieval de Pedralbes; otro, el gran santuario del fútbol catalán, el Camp Nou. Otras razones para venir hasta aquí son el parque de atracciones y las vistas increíbles del Tibidabo, los senderos boscosos del Parc de Collserola, y un museo de la ciencia genial, perfecto para ir con niños.

El enorme estadio del Camp Nou es la sede del legendario Futbol Club Barcelona. Asistir a un partido es algo inolvidable; la temporada va de septiembre a mayo. También se puede vivir algo de esa emoción en la interactiva Camp Nou Experience, que incluye una visita al estadio. Después, se puede ir al Vivanda para un almuerzo espectacular.

Más tarde, hay que pasear por las estrechas calles de la parte antigua de Sarrià, con una parada en el Bar Tomàs para probar sus famosas patatas bravas. Se sigue a pie (o en taxi) hasta el Museu-Monestir de Pedralbes, donde se puede pasar la tarde.

La mejor forma de acabar la noche es viendo un partido en el Camp Nou, seguido de unas bebidas en el Lizarran. Después, se puede ir a la Plaça de la Concòrdia para tomar algo en El Maravillas .