Sant Francesc Xavier, la diminuta y lánguida capital de Formentera, es una población blanquísima, con cafés en las esquinas soleadas y una plaza central, presidida por una iglesia-fortaleza del s. XVIII, que concentra toda la actividad. En las animadas calles hay boutiques bohemias junto a algunos excelentes restaurantes y hoteles, y una capilla del s. XIV. Tan solo 3 km al noreste se encuentran el pueblo y puerto de La Savina, donde atracan los ferris de Ibiza.