Los barrios al norte del Liffey, menos distinguidos que los del sur, ofrecen una fascinante mezcla del esplendor del s. XVIII, de la vida urbana tradicional y del crisol multicultural que es el Dublín contemporáneo. Más allá de su bulevar más amplio y elegante hay museos de arte y de whisky, concurridos mercados y algunos de los mejores restaurantes de la ciudad.

Lo mejor en un día

Se recomienda pasear por O’Connell St, el mayor bulevar de Dublín, pasar por la General Post Office, ver el interior, y seguir hacia Parnell Sq y la Dublin City Gallery – the Hugh Lane, a la que conviene dedicar un par de horas.

Tras almorzar en Musashi Noodles & Sushi Bar, hay que ir en el Luas en dirección oeste hasta la parada Museum. Se dedica el resto de la tarde a la colección de artes decorativas y a la sección de historia del National Museum en Collins Barracks. Hay un buen paseo al centro, pero volver por Four Courts y Henrietta Street permite contemplar la refinada herencia georgiana de la ciudad.

Para disfrutar de una comida especial resérvese mesa en Chapter One, que ofrece una opción antes de las funciones para poder ver una obra en el Gate Theatre.