Esta ruta contrasta el bullicio de la capital con la calma del mar y la montaña, y combina cultura y playa a la perfección.
Empieza con dos días en la emotiva Cagliari, con paseos por las empinadas y serpenteantes callejuelas del barrio medieval de Il Castello y descansos en la playa de Poetto. Además de visitar monumentos como las torres pisanas, conviene pasear por las piazzas rodeadas de cafés y calles llenas de tiendas.
El tercer día se emprende una ruta por las sinuosas carreteras de la costa; en primavera, el paisaje está salpicado por el amarillo de las flores. Es buena idea adentrarse en las exuberantes y frondosas alturas del monte de los Sette Fratelli. El cuarto día es para zambullirse en las aguas iridiscentes de la reserva marina del cabo Carbonara o para relajarse en las blanquísimas playas de la Costa Rei.
Los últimos días sirven para explorar el oeste de Cagliari, quizás visitando las ruinas fenicias de Nora antes de relajarse un poco más en las encantadoras calas entre pinares de la Costa del Sud; Chia es la playa del windsurf, de los flamencos y de las dunas.