Foro romano

Foro romano, Roma, Italia
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El Foro Romano, hoy una imponente (y desconcertante) extensión de ruinas, era el núcleo de gala de la Roma antigua: una grandiosa zona de templos, basílicas y ajetreadísimos espacios públicos. El lugar, inicialmente una necrópolis pantanosa, empezó a habilitarse en el s. VII a.C., convirtiéndose con el tiempo en el corazón social, político y comercial del Imperio romano.

Para quien pueda tirar de imaginación, es toda una experiencia ir pisando las huellas de Julio César y otras figuras legendarias de la historia romana. Entre los hitos del Foro están el arco de Septimio Severo, la Curia, el templo de Saturno y el arco de Tito.

Historia

El Foro Romano era el centro de la vida cotidiana de la Roma antigua: el lugar de las reuniones públicas, los juicios, las elecciones y los combates de gladiadores. Los mercados y las tiendas flanqueaban las calles y callejas. Durante el Imperio romano, el Foro se convirtió en el lugar de los mayores monumentos y templos de la urbe.

Como tantos otros grandes desarrollos urbanos de la antigua Roma, tras la caída del Imperio romano el Foro se fue deteriorando... y acabó utilizándose de pastizal. En la Edad Media se conocía como Campo Vaccino (Campo Vacuno) y fue despojado de piedra y mármol recurrentemente. La zona se excavó sistemáticamente en los siglos XVIII y XIX, y las labores arqueológicas continúan hasta hoy.

Una visita por los edificios del Foro Romano

La vía Sacra hacia el Capitolio

Entrando desde Largo della Salara Vecchia --también se puede entrar directamente desde el Palatino o por un acceso próximo al arco de Tito--, se ve el templo de Antonino y Faustina enfrente a mano izda. Erigido en 141 d.C., en el s. VIII se convirtió en iglesia (San Lorenzo in Miranda). A la dcha. está la basílica Fulvia Emilia (179 a.C.), espacio público multiusos de 100 m de largo, y con fachada porticada de dos plantas.

Al final de la senda se llega a la vía Sacra, la principal avenida del Foro, y al templo de Julio César o del Divino Julio. Construido por Augusto en 29 a.C., señala el punto en que Julio César fue incinerado tras su asesinato en 44 a. C.

Subiendo por la vía Sacra se llega a la Curia, sede originaria del Senado romano. Este edificio (con forma de silo) fue reconstruido en varias ocasiones antes de convertirse en iglesia en la Edad Media. Lo que hoy se ve es una reconstrucción moderna (1937) del aspecto que tendría durante el reinado de Diocleciano (284-305).

Frente a la Curia, y oculto tras andamios, está el Lapis Niger, una gran losa de mármol negro que habría cubierto la tumba de Rómulo.

©Zakhar Mar/Shutterstock

Turistas visitando el arco de Tito, en el Foro Romano ©Zakhar Mar/Shutterstock

Al final de la vía Sacra, el arco de Septimio Severo, de 23 m de alto, fue erigido en 203 d.C. para conmemorar la victoria romana sobre los partos. Está dedicado al emperador que le da su nombre y a sus dos hijos, Caracalla y Geta.

Frente a este arco están los restos de los rostra, la tribuna desde la que Shakespeare hizo pronunciar a Marco Antonio su famoso discurso que empieza: "Amigos, romanos, compatriotas…". Esta tribuna tiene enfrente la columna de Focas, que se yergue en lo que antaño fue la plaza principal del Foro.

Las ocho columnas de granito que se alzan tras esta columna de Focas son, todas ellas, restos del templo de Saturno, un importante templo que también fungía de tesoro público. Detrás de este templo están (de norte a sur): las ruinas del templo de la Concordia, el templo de Vespasiano y el pórtico de los Dioses Consejeros.

La basílica Julia y el templo de Cástor y Pólux

Del lado sur de la que fuera la plaza principal del Foro se ven las sólidas ruinas de la basílica Julia, que fue iniciada por Julio César y terminada por Augusto. Al final de esta basílica quedan tres columnas del templo de Cástor y Pólux, del s. V a.C.

La iglesia de Santa María Antigua

Cerca de allí, la iglesia de Santa María Antigua, del s. VI, es el edificio cristiano más antiguo e importante del Foro. Su cavernoso interior, reabierto en 2016 tras una larga restauración, es una auténtica joya del arte cristiano temprano, con unos exquisitos frescos de entre los siglos VI y IX, y una de las primeras representaciones conservadas de la Virgen María con el Niño.

Desde esta iglesia se puede acceder a la llamada Rampa de Domiciano, amplio pasaje subterráneo que permitía a los emperadores acceder al Foro desde sus palacios del Palatino sin ser vistos.

La vía Sacra hacia el Coliseo

Volviendo a la vía Sacra está la Casa de las Vestales, donde vívían, en efecto, las vírgenes vestales que preservaban la llama sagrada del aledaño templo de Vesta. Las seis sacerdotisas vírgenes se escogían entre las familias patricias, cuando tenían entre seis y diez años, para que sirvieran en el templo durante treinta. Si la llama del templo se apagaba, a la sacerdotisa responsable se la azotaba; a la que perdiera su virginidad, se la quemaba viva. Al varón responsable se le azotaba hasta la muerte.

Siguiendo vía Sacra arriba, tras el templo circular de Rómulo se llega a la basílica de Majencio, el edificio más grande del Foro. Iniciada por el emperador que le da su nombre y terminado por Constantino en 315, originalmente medía unos 100 m por 65 (aproximadamente el triple de lo que hoy ocupa).

Pasada esta basílica, el arco de Tito se construyó en 81 a.C. para celebrar las victorias de Vespasiano y Tito contra los rebeldes de Jerusalén.

©Viacheslav Lopatin/ShutterstockRuinas del Foro romano con el Templo de Saturno, ©Viacheslav Lopatin/Shutterstock

Conociendo Roma

Consejos para visitar el Foro Romano

1. Unas vistas de primera sobre el Foro se tienen desde el Palatino y desde el Capitolio.

2. Lo mejor es venir a primera hora de la mañana, o entrada ya la tarde; cuando más gentío hay, es entre las 11:00 y las 14:00.

3. En verano hace un calor terrible y hay poca sombra, por lo que más vale traer bastante agua. Y, por supuesto, calzado cómodo.

4. En caso de apuro, hay aseos junto a la iglesia de Santa María Antigua.

Restaurantes cercanos

Para un café, lo suyo es subir al Capitolio (a la Terrazza Caffarelli, en la azotea panorámica de los Museos Capitolinos). Quien quiera algo más sustancioso, que busque Terre e Domus, donde sirven una excelente cocina de la zona y unos vinos maravillosos.

Entradas y accesos

Para visitar los interiores del Foro Romano --la iglesia de Santa María Antigua, la llamada Rampa de Domiciano y el templo de Rómulo--, hay que comprar una entrada SUPER y organizarlo todo bien. La entrada, válida solo para dos días consecutivos, cubre el Coliseo, el Foro Romano y el Palatino. Los sitios del Foro (templo de Rómulo, iglesia de Santa María Antigua, Rampa de Domiciano) abren los martes, jueves, sábados y domingos por la tarde.

 

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