Es hora de cruzar a pie el Ponte de Dom Luís I hasta el Jardim do Morro. Se baja en teleférico a la ribera de Vila Nova de Gaia y se visita alguna bodega de oporto que ofrezca catas con vistas, como Taylor’s o Graham’s. Hay que darse el lujo de almorzar en Vinum. Desde Ribeira se va en tranvía a Foz do Douro, un bálsamo para el ajetreo de la ciudad con su paseo, jardines y cafés de playa, como el Praia da Luz. Tras un café en The Bird se sigue hasta el paseo marítimo. Se cena en el Boa Nova Tea House –reservando antes– y se toman copas en el Bonaparte.