Cada hora en punto las multitudes se agolpan ante el Ayuntamiento Viejo de Praga para ver en acción el reloj astronómico, en uno de los espacios urbanos más bellos de Europa. Y aunque el espectáculo de marionetas medievales apenas dura 45 segundos, constituye una de las atracciones turísticas más conocidas de la República Checa, pues a fin de cuentas es algo histórico, fotogénico y –si se dedica suficiente tiempo a estudiarlo– cargado de un simbolismo fascinante