Consejos para viajar en furgoneta, una gran forma de viajar por libre

Texto por
Ed Bartlett y Becky Ohlsen, autores de Lonely Planet
Viajar en furgoneta
Roman_Babakin_Shutterstock

Bienvenidos a la furgoneta. Bienvenidos a la vanlife

Viajar siempre ha sido sinónimo de libertad y descubrimiento, hecho especialmente cierto en el caso del viaje por carretera. Para millones de usuarios del mundo entero, la cámper, la furgoneta, es la compañera definitiva de ese periplo, pero también es un símbolo de libertad. No es un mero vehículo; es un modo de vida y un pasaporte personalizado a la carretera abierta, ya sea para pasar una noche, un fin de semana, varios meses o incluso años.

Viajar en furgoneta. Nueva Zelanda, Lago Taupo

© Justin Foulkes / Lonely Planet

 

¿Qué es la vanlife?

Buena pregunta para empezar. Al fin y al cabo, la cámper no es nueva: en 1950 VW lanzó su icónica Splitscreen (llamada así por su parabrisas de dos piezas). Así que, ¿por qué una nueva generación se ha entregado a reinventarla bajo un mote comercial con gancho? ¿Hay algo sólido tras esa etiqueta?

Probablemente, el auge actual de la furgoneta responde a modas sociales, económicas y culturales mundiales contemporáneas, del mismo modo que ocurrió con los acontecimientos que confirieron tanto éxito al movimiento original. En las décadas de 1960 y 1970, fueron primero el movimiento hippy y luego los surfistas quienes gravitaron hacia la cámper de VW, que en aquel momento ejercía un monopolio casi total del mercado, y ambos inculcaron en la conciencia general tanto el vehículo como el aura romántica que imbuía su estilo de vida.

De ahí saltamos a hoy, con una generación más joven que evita la compra de una casa y retrasa la paternidad, y bastante gente de mediana edad ávida de liberarse de los grilletes de hipotecas y trabajos monótonos. Internet ha brindado la posibilidad de obtener ingresos sin necesidad de una oficina fija, y Facebook e Instagram permiten a los furgoneteros conectarse, contarse anécdotas, compartir consejos y hasta conocerse en persona, lo cual no está tan lejos de esas antiguas reuniones hippies alrededor del fuego. Entre este mar de cambios, el movimiento vanlife ha aglutinado y desarrollado su propia dinámica, estimulada por estudiadas fotos de puestas de sol, fogatas y charlas interesantes sobre furgos en varios lugares exóticos lejos de campings y multitudes.

 

Viajar en furgoneta. Kostrzyn, Polonia

© reisegraf.ch / Shutterstock

 

Hasta mediados de 2018 la etiqueta #vanlife se había usado más de tres millones de veces, y varios de sus derivados han alcanzado números de seis cifras. Y, pese a algún que otro filtro empalagoso y de postureo con imágenes de stock, es casi imposible navegar por ese hashtag sin acabar inspirado. Naturalmente, cabe recordar que en las redes sociales las fotos pasan por más de un filtro, y seguramente lo que se ve es una selección destacada y editada de la realidad. 

Vivir en una furgoneta puede resultar agobiante, demasiado caluroso, demasiado frío, sucio, ruidoso, frustrante y a veces hasta peligroso. Si el viajero valora una vida fácil en la que todo salga según lo planeado, entonces vivir en una furgo no es para él. Pero tampoco tiene por qué dejar el trabajo, vender su piso y propiedades y aprender a colocar paneles solares en el techo de su nueva morada sobre ruedas para apuntarse a la vanlife, puede viajar en furgo a cualquier parte.

La furgoneta es un estado mental, y todo el mundo es bienvenido.

 

Cómo elegir una furgoneta

Hay cámpers para todo el mundo, ya se anhele un hotel de cinco estrellas o un mero saco bajo los astros. Y además, las hay para todos los bolsillos y propósitos, desde una furgoneta de trabajo hasta una convertida en casa con motor totalmente equipada. Pero, a la hora de comprar un vehículo, el primer paso es pensar qué necesidades se tienen.

 

Viajar en furgoneta. Nueva Zelanda

© oliver eitel / Getty Images

 

Mientras se piensa en ello, se recomienda elaborar una lista de verificación para responder las siguientes preguntas: ¿Será mi vehículo de uso diario? ¿Conduciré fuera de las rutas marcadas? ¿A cuánta gente llevaré? ¿Dormiré sobre todo en lugares oficiales o practicaré la acampada libre? ¿Cocinaré o comeré fuera? ¿Llevaré un equipo voluminoso fuera del vehículo?.

Si se quiere un vehículo de uso diario que de vez en cuando sirva para salir de fin de semana, no se necesita una casa motorizada completamente equipada con cinco camas, del mismo modo que, para una familia de cinco, tampoco es ideal un deportivo descapotable de dos asientos. Una cámper exige muchas más consideraciones que un turismo estándar. Por ello merece la pena armarse de lápiz y papel para enumerar los elementos vitales, los deseables y los que simplemente sería agradable tener. Al escoger un modelo para su compra o transformación, habrá que priorizar según la situación y el presupuesto. 

 

Guía Lonely Planet Vanlife. La guía para viajar por libre

 

Qué hay que tener en cuenta para elegir una furgoneta

Cada aspecto de la vanlife es un toma y daca. ¿Que se quiere más espacio interior? Un vehículo más grande sufrirá en esas angostas carreteras que hay que atravesar para dar con el lugar de acampada perfecto. ¿Que se quiere ir a menudo de acampada libre? Pues habrá que pensar en elementos imprescindibles autosuficientes, como energía solar, un gran depósito de agua y almacenaje de alimentos.

Cada decisión que se tome ejercerá impacto en el resto, por eso hay que ponderar bien qué es lo más relevante para uno y aprender a aceptar los escollos y lidiar con ellos. La lista de verificación ayudará a distinguir los componentes cruciales de los opcionales.

 

 

Viajar en furgoneta. Dinant, Bélgica

© Alex Stemmer / Shutterstock

 

Presupuesto para elegir una furgoneta

El consejo principal es decidir con antelación si se quiere comprar una furgoneta “acabada” y lista para la aventura o bien un vehículo para empezar de cero que se pueda transformar si el tiempo y el dinero lo permitan. Si se tiene tiempo y paciencia, lo último brinda sin duda una experiencia muy gratificante.

El factor más decisivo en cuanto a la elección de furgoneta será seguramente el presupuesto. Si se adquiere una cámper recién salida de fábrica, entonces uno puede relajarse durante los primeros tres años y centrar su energía y dinero en viajar. Pero lo habitual es comprar o bien una furgo reconvertida de segunda mano o un vehículo base para transformarlo. Y ahí es donde la cosa se complica.

Calcular un presupuesto para la vanlife es algo muy personal, por lo que resulta imposible sugerir una especie de talla única que sirva para todos. En general, lo sensato es invertir generosamente en la mejor furgo base posible, pues el fin primordial de todo vehículo es ir y volver de los sitios. Ahorrar al principio puede salir caro después. Aunque, por supuesto, puede que el viajero sea un manitas y no vea el momento de ponerse manos a la obra, en cuyo caso deberá centrarse más en la calidad o exhaustividad de cualquier trabajo de reforma, salvo si entiende de averías, reparaciones y oxidación.

 

Viajar en furgoneta. Rusia

©  yocamon / Getty Images

 

Probar la furgoneta antes de comprarla

Huelga decir que la investigación es la clave no solo para dar con la furgo correcta, sino para sacarle el mayor partido en carretera. De ahí que haya que estar dispuesto a invertir una suculenta cantidad de tiempo en actualizar el vehículo, pero también en revisar la abrumadora oferta de equipo de acampada y accesorios que transformarán la furgoneta de buena en excelente.

Los foros en línea y reuniones en persona son fuentes estupendas para ahondar en esa oferta más allá de las primeras incursiones en las llamativas fotos de Instagram. Pero uno de los mejores consejos previos a hacer una compra importante es probar antes de comprar, especialmente en el caso de una furgoneta, y sobre todo si se quiere vivir en ella. A tal fin hoy hay muchos locales de alquiler, ideales para adquirir una inestimable experiencia real que ayudará a tomar decisiones y responderá con mayor seguridad algunas de las preguntas de la lista de verificación. Incluso hay una aplicación similar a Airbnb que conecta a propietarios de furgonetas con arrendatarios potenciales.

Se recomienda alquilar algo del tamaño y estilo más próximos a lo que se busca y hacer el viaje más largo posible. El tiempo y dinero que se gasten ahora podrían ahorrar una fortuna a la larga y, con suerte, el disfrute que se obtenga ayudará a justificar el desembolso y ofrecerá valiosos datos sobre los requisitos del vehículo a comprar.

Una vez decidida la compra, el viajero puede empezar un viaje en furgoneta de unos días, de unos meses o de unos años...

 

Los mejores destinos para viajar en furgoneta

 

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