China 5

Este capítulo consta de Bienvenidos a Bali, Lombok y Nusa Tenggara, Las 18 mejores experiencias, Lo esencial, La primera vez, Lo nuevo, En busca de…, Mes a mes, Itinerarios, Actividades, Viajar con niños, Comer y beber como un local y De un vistazo incluidos en la guía Bali, Lombok y Nusa Tenggara.

Si se desea planificar un viaje a Bali, Lombok y Nusa Tenggara, aquí se encontrará toda la información necesaria para hacerlo: las experiencias imprescindibles en cualquier viaje a la región, las novedades y los consejos para quienes viajan por primera vez allí, diversos itinerarios, una recopilación de las fechas importantes a lo largo del año, información sobre diversas actividades al aire libre e ideas para viajar con niños.

• Itinerarios a medida, organizados por región, temas y eventos.
• Selección de las mejores experiencias en el país.
• Todo lo que necesitas saber sobre actividades al aire libre.
• Actividades y consejos para viajar en familia.

Los viajes en el Transiberiano están repletos de cautivadores momentos, y resulta difícil no emocionarse al recorrer los adoquines de la Plaza Roja de Moscú, pasear por la Ciudad Prohibida de Beijing o contemplar la espléndida bahía del Cuerno de Oro en Vladivostok. Los más audaces desearán explorar el gélido lago Baikal –y quizá zambullirse en sus aguas– o cabalgar con los nómadas por las estepas de Mongolia. Sin olvidar la Línea Principal Baikal-Amur (Baikalo-Amurskaya Magistral; BAM), que atraviesa bellas y remotas zonas de Siberia.

La Gran Muralla (万里长城; Wànlǐ Chángchéng) es el mayor triunfo de la ingeniería china y una visita imprescindible. Serpentea desde los dispersos restos manchúes de la provincia de Liáoníng hasta los escombros azotados por el viento del desierto de Gobi y los leves vestigios en las arenas de Xīnjiāng.

Incluye:Historia de la Gran Muralla, Visita a la Muralla, Mùtiányù, Gǔběikǒu, Jiànkòu, Zhuàngdàokǒu, Jīnshānlǐng, Huánghuā Chéng y Bādálǐng.

El granero de Beijing es Héběi (河北), un apacible panorama de ovejas pastando, tierra marrón y campos de maíz y trigo. La cosmopolita Tiānjīn ofrece un espectáculo deslumbrante, pero los verdaderos encantos de la región son sus texturas sencillas y desgastadas por el tiempo y sus profundas raíces históricas.

• Visitar los impresionantes edificios imperiales de Chéngdé, la residencia veraniega de la dinastía Qing.
• Explorar el templo de Lóngxīng, en Zhèngdìng, y otros santuarios y pagodas antiguos.
• Pasear por las calles adoquinadas de Yújiācūn, un desconocido “pueblo de piedra” de época Ming.

Incluye: Tiānjīn, Héběi, Shíjiāzhuāng, Zhèngdìng, Yújiācūn, Chéngdé, Shānhǎiguān y Jīmíngyì.

La historia y el hedonismo se dan la mano en Liáoníng (辽宁). Las poblaciones amuralladas de época Ming se codean con centros vacacionales de playa y los palacios imperiales se elevan en el centro de ciudades modernas. Sin embargo, ningún sitio capta la diversión y el contraste como Dàlián, con su costa dorada y festival cervecero de verano, y los antiguos campos de batalla donde los ejércitos rusos y japoneses se disputaron el control de la región a principios del s. xx.

En Dāndōng, las tensiones regionales de la historia reciente causan cierta inquietud en la frontera con Corea del Norte. En este punto, el río Yālù permite vislumbrar el país desde la cubierta de un barco o desde un puente.

• Relajarse y disfrutar de las playas, paseos costeros y festival de la cerveza de Dàlián.
• Subir al tramo más oriental de la Gran Muralla, cerca de Dāndōng.
• Vislumbrar Corea del Norte en un crucero por el río Yālù y disfrutar de la mezcla de cultura china y coreana de Dāndōng.

Incluye: Dàlián, Alrededores de Dàlián, Dāndōng, Shěnyáng y Xīngchéng.

La provincia de Jílín (吉林) flirtea con lo antiguo y lo moderno, lo artificial y lo sobrenatural. Los viajeros cansados de grandes murallas y fachadas imperiales podrán explorar arquitectura de influencia japonesa siguiendo el rastro del emperador títere Puyi, así como las ruinas de un antiguo reino coreano. De hecho, gran parte del extremo oriental está ocupado por la poco conocida Prefectura Autónoma Coreana, hogar de más de un millón de personas de etnia coreana. El kimchi y los fideos fríos dominan la gastronomía y los forasteros son aceptados con facilidad.

• Visitar la Reserva Natural de Chángbái Shān, con cascadas, bosques de abedules y, sobre todo, el lago Celestial.
• Echarse a las pistas de la estación de esquí de Běidàhú una de las mejores de China.
• Explorar los misteriosos vestigios del antiguo reino Koguryo en Jí’ān, separada de Corea del Norte por el río Yālù.

Incluye: Chángbái Shān, Yánjí, Jí’ān, Estación de esquí de Běidàhú y Chángchūn.

Hēilóngjiāng (黑龙江) significa “Río del Dragón Negro” y este dragón enroscado en particular es la línea que separa China de Rusia. En toda la provincia, la influencia del país vecino es evidente en la arquitectura, la gastronomía e incluso los souvenirs. La capital, Harbin (Hā’ěrbīn), famosa por sus calles adoquinadas y sus fachadas de estilo europeo, es la zona cero de esta experiencia híbrida.

• Explorar Mòhé, el pueblo más septentrional de China, donde cada día parece Navidad, y quizá se pueda ver la escurridiza aurora boreal.
• Enfrentarse al frío para unirse a las multitudes que visitan el famoso Festival de Hielo y Nieve de Harbin, y pasear por las calles bordeadas de ladrillo del distrito de Dàolǐqū para explorar el pasado ruso y judío.
• Subir al cráter de Wǔdàlián Chí, un volcán inactivo y atravesar campos de lava petrificada que rodean cinco lagos.

Incluye: Harbin, Mǔdānjiāng, Lago Jìngpò, Wǔdàlián Chí y Mòhé.

Por su encanto natural y sobrenatural, la península de Shāndōng (山东), en la costa nororiental de China, ha entrado en la leyenda. Su paisaje cautivador –una llanura aluvial regada por ríos y manantiales subterráneos, coronada por picos de granito y enmarcada por un litoral salvaje– solo puede fascinar.

• Subir a Tài Shān, la montaña sagrada del taoísmo.
• Relajarse en Qīngdǎo junto al mar con la cerveza más famosa de China.
• Visitar Qūfù, la cuna de Confucio.

Incluye: Jǐ’nán, Zhūjiāyù, Tài’ān, Tài Shān, Qūfù, Zōuchéng, Qīngdǎo, Láo Shān, Yāntái y Pénglái.

A un tiro de piedra –y a un mundo– de Shanghái, la exuberante y bien regada Jiāngsū (江苏) destila tanto encanto e historia como las aguas que corren por su red de canales. La provincia, que debió su riqueza a la producción de seda y sal, posee el Gran Canal y otros cursos de agua que fluyen por esta región del río Yangtsé (Cháng Jiāng). Jiāngsū es conocida en toda China por sus ciudades con canales, sus jardines y el refinamiento de su ópera y artesanía.

• Empaparse de cultura en el Museo de Nánjīng subiendo a las murallas y visitando la tumba de Míng Xiàolíng.
• Ver el moderno Museo de Sūzhōu, recorrer el jardín del Maestro de las Redes, caminar por Píngjiāng Lù y asistir a una función de ópera kūnqǔ.
• Perderse en los callejones y canales de Tónglǐ y visitar el Museo Chino de Cultura Sexual.

Incluye: Nánjīng, Sūzhōu, Mùdú, Tónglǐ, Lùzhí y Zhōuzhuāng.

Hángzhōu, la capital, coloca a Zhèjiāng (浙江) en el itinerario de muchos viajeros. Es la atracción más evidente, gracias a sus paisajes de belleza china clásica (y a estar a un breve trayecto en tren desde Shanghái); pero la provincia ofrece mucho más. Hay poblaciones con canales y casas restauradas de mercaderes de las dinastías Ming y Qing (Wūzhèn y Nánxún), también a distancias asequibles. Entre las miles de islas que jalonan el escarpado litoral se cuenta Pǔtuóshān, uno de los cuatro lugares de peregrinación budista más importantes de China.

• Pasear por Hángzhōu en bici alrededor del lago Oeste, en el que se reflejan sauces y pabellones tradicionales.
• Contemplar el resplandor de la diosa de la misericordia en la isla sagrada de Pǔtuóshān.
• Explorar los callejones adoquinados de Zhūgě, un pueblo antiguo diseñado para maximizar el feng shui.

Incluye: Hángzhōu, Mògànshān, Wūzhèn, Nánxún, Xīnyè, Zhūgě, Sìpíng, Jīnhuá, Pǔtuóshān, Níngbō y Shàoxīng.

Es difícil pasar por alto Shanghái (上海), una de las ciudades más grandes y dinámicas del país, que ejemplifica la China moderna, al tiempo que no se parece a ningún otro lugar del país. Shanghái es la China auténtica, pero, al igual que Hong Kong o Macao, no la China que el viajero tenía en mente.

• Caminar por El Bund o brindar de noches por las luces de Pǔdōng.
• Empaparse de los “grandes éxitos” de la cultura china en el Museo de Shanghái.
• Admirar la curvatura de la tierra desde la cúspide de la torre de Shanghái o el Shànghǎi World Financial Center.

Incluye: Puntos de interés, Actividades, Circuitos, Fiestas y celebraciones, Dónde dormir, Dónde comer, Dónde beber y vida nocturna, Ocio, De compras y Zhūjiājiǎo.

Fújiàn (福建) es una atractiva provincia costera con una larga historia marinera. Al ser una parada importante de la Ruta de la Seda marítima, las ciudades adquirieron una actitud cosmopolita y a los visitantes les sorprende encontrar vestigios extranjeros en la arquitectura, gastronomía, idioma y habitantes.

• Ir a cafeterías llenas de gatos en Gǔlàng Yǔ, una isla china sin coches y con ambiente europeo.
• Dormir en fortalezas de tierra comprimida como un personaje de Juego de tronos en Tǔlóu de Fújiàn.
• Explorar los templos y calles casi medievales de Quánzhōu, una ciudad de la Ruta de la Seda marítima.

Incluye: Xiàmén, Gǔlàng Yǔ, Tǔlóu de Fújiàn, Quánzhōu, Alrededores de Quánzhōu, Fúzhōu y Wǔyí Shān.

Con profundas e interesantes raíces históricas, Shānxī (山西) alberga una impresionante colección de monumentos de visita obligada. La mayoría de los viajeros comienzan en la ciudad amurallada de Píngyáo; prácticamente es suficiente con alojarse en ella y visitar los puntos de interés de los alrededores: se hallarán templos, edificios con patio tradicionales de la dinastía Qing, algunas de las gentes más cordiales del Reino Medio y la oportunidad de realizar una excursión a los precipicios y desfiladeros de Mián Shān. 

• Pasear por las calles adoquinadas de la antigua ciudad amurallada de Píngyáo. 
• Descubrir la grandeza de unas magníficas estatuas budistas en las cuevas de Yúngāng. 
• Ver la espléndida restauración de la muralla y el casco antiguo de Dàtóng. 

Incluye: Dàtóng, Alrededores de Dàtóng, Wǔtái Shān, Tàiyuán, Alrededores de Tàiyuán, Píngyáo, Alrededores de Píngyáo, Qikǒu, Jìnchéng y Alrededores de Jìnchéng.

Con profundas e interesantes raíces históricas, Shānxī (山西) alberga una impresionante colección de monumentos de visita obligada. La mayoría de los viajeros comienzan en la ciudad amurallada de Píngyáo; prácticamente es suficiente con alojarse en ella y visitar los puntos de interés de los alrededores: se hallarán templos, edificios con patio tradicionales de la dinastía Qing, algunas de las gentes más cordiales del Reino Medio y la oportunidad de realizar una excursión a los precipicios y desfiladeros de Mián Shān.

• Pasear por las calles adoquinadas de la antigua ciudad amurallada de Píngyáo.
• Descubrir la grandeza de unas magníficas estatuas budistas en las cuevas de Yúngāng.
• Ver la espléndida restauración de la muralla y el casco antiguo de Dàtóng.

Incluye: Dàtóng, Alrededores de Dàtóng, Wǔtái Shān, Tàiyuán, Alrededores de Tàiyuán, Píngyáo, Alrededores de Píngyáo, Qikǒu, Jìnchéng y Alrededores de Jìnchéng.

Sus paisajes de montaña y pueblos bien conservados convierten a Ānhuī (安徽) en un antídoto para el ostentoso mal gusto de las ciudades más grandes de China. El reclamo principal es sin duda el Huángshān, un conjunto de paredones graníticos tajados a pico y envueltos en nubes que inspiraron a toda una escuela de pintura a la tinta en los ss. XVII y XVIII. Pero los picos del cercano y menos visitado Jiǔhuá Shān, donde los budistas bendicen las almas de los recién fallecidos, poseen un aura sagrada que contrasta con los paisajes del Huángshān.

• Ver la salida del sol desde Huángshān, una montaña simbólica para los chinos.
• Maravillarse ante los canales de Hóngcūn.
• Unirse a los peregrinos budistas que escalan el pico de Jiǔhuá Shān envuelto en la niebla.

Incluye: Túnxī, Xīdì, Hóngcūn, Píngshān, Shèxiàn, Huángshān, Jiǔhuá Shān y Héféi.

Quizá los chinos adinerados pongan los ojos en blanco al oír el nombre de Hénán (河南), una provincia empobrecida y sin salida al mar que, sin embargo, posee un patrimonio que se remonta a los primeros tiempos de la Antigüedad china. En el norte de la provincia surgieron y cayeron viejas capitales, y el río Amarillo (Huáng Hé) alimentó el nacimiento de una gran civilización.

• Deslizarse en tirolina sobre las barrancas del Cobre en elParque de AventuraBarrancas del Cobre.
• Desentrañar los misterios de la lucha Shàolín y hacer excursiones por la montaña.
• Admirar el arte de los bodhisattvas tallados hace 1500 años en las cuevas de Lóngmén.

Incluye: Zhèngzhōu, Nánjiēcūn, Sōng y Dēngfēng, Luòyáng, Alrededores de Luòyáng, Guōliàngcūn, Kāifēng y Zhūxiān Zhèn.

Como gran parte de la China central, Húběi (湖北) es más conocida por su cinturón industrial que por la belleza de su paisaje, con parques de montaña y llanuras salpicadas de ríos, lagos y lugares sagrados taoístas.

• Aprender taichí en Wǔdāng Shān, la montaña donde se inventó y salir de los caminos para visitar templos apacibles que cuelgan en lo alto.
• Avistar al famoso “hombre salvaje”, Shénnóngjià, en una excursión por la naturaleza de Húběi, y acampar bajo las estrellas en una loma cubierta de hierba.
• Hacer un recorrido cultural por los museos y templos de Wǔhàn e ir a las pistas de baile de la concesión a orillas del río.

Incluye: Wǔhàn, Jīngzhōu, Alrededores de Jīngzhōu, Wǔdāng Shān, Shénnóngjià y Yíchāng.

La minusvalorada provincia de Jiāngxī (江西) ofrece una bucólica introducción a la China semirrural. Es un lugar verde comunicado por cursos de agua obra tanto de la naturaleza como de la mano del hombre, con arrozales poblados de aves y campos tapizados de flores. El té crece en cada palmo de un terreno que se va elevando hasta las cordilleras envueltas en niebla que limitan la provincia.

• Caminar entre Wùyuán y alrededores, los pueblos de la antigua ruta postal, antes de beber vino de arroz y té de crisantemo.
• Contemplar Sānqīng Shān, un bosque de agujas graníticas en uno de los parques nacionales más infravalorados de China oriental.
• Comprar porcelana en el revitalizado distrito artístico de Jǐngdézhèn, de fama mundial.

Incluye: Nánchāng, Alrededores de Nánchāng, Lúshān, Jǐngdézhèn, Wùyuán, Alrededores de Wùyuán, Sānqīng Shān, Lónghǔ Shān y Lóngnán.

A pesar de ser la cuna de Tse Tung, el verdadero reclamo de Húnán (湖南) es la espectacularidad de sus paisajes.

Cordilleras aisladas y picos kársticos conforman más del 80% de la provincia. El ejemplo más impresionante es Zhāngjiājiè, uno de los parques nacionales más surrealistas de China. Aquí las maravillas geológicas se elevan majestuosas desde fértiles valles regados por afluentes del Yangtsé.

• Caminar entre los picos de uno de los parques nacionales más espectaculares de China.
• Pasear de noche por el pueblo ribereño Fènghuáng y admirar su iluminación.
• Probar la auténtica xiāng cài (cocina de Húnán), cargada de guindilla, en la capital de la provincia.

Incluye: Chángshā, Sháoshān, Héng Shān, Zhāngjiājiè, Déhāng, Fènghuáng, antigua ciudad de Hóngjiāng y Fúróng Zhèn.

Hong Kong acelera el pulso como una descarga de adrenalina. Los rascacielos trepan por las laderas boscosas de día y resplandecen de neón por la noche frente a un puerto transitado por cargueros y juncos a motor. Sobre las calles atestadas de tráfico, los hoteles de cinco estrellas se alzan al lado de decrépitos bloques de pisos.

• Cruzar el puerto Victoria en el legendario Star Ferry.
• Subir en el empinado Peak Tram hasta el pico Victoria.
• Comer bajo los ventiladores de Luk Yu Tea House.

Incluye: Puntos de interés, Actividades, Circuitos, Fiestas y celebraciones, Dónde dormir, Dónde comer, Dónde beber y vida nocturna, Ocio y De compras.

Conocida como “Las Vegas de China”, la Región Administrativa Especial de Macao es una meca del juego y de lo kitsch, pero no se reduce a eso. Colonia portuguesa durante más de 300 años, es una ciudad de culturas entremezcladas. Los templos chinos antiguos se levantan en calles pavimentadas con azulejos portugueses tradicionales. Los sonidos del cantonés flotan en calles con nombres portugueses. Se puede desayunar congee chino, almorzar caldo verde portugués y buñuelos de bacalhau, y cenar comida macaense como minchi (ternera o cerdo picado, a menudo con arroz).

• Cenar comida portuguesa y pasear por las callejuelas del encantador pueblo colonial de Taipa.
• Surcar los barrocos canales interiores del alucinante casino de Venetian.
• Contemplar las ruinas de la iglesia de San Pablo, símbolo de Macao por excelencia.

Incluye: Puntos de interés, Actividades, Circuitos, Fiestas y celebraciones, Dónde dormir, Dónde comer, Dónde beber y vida nocturna, Ocio y De compras.

Puesto que el radar turístico no ha detectado todavía la cultura y las bellezas naturales de Guǎngdōng, para muchos viajeros la provincia está aún por descubrir, lo que permite disfrutar con tranquilidad de un sinfín de lugares de interés (por no hablar de un dim sum delicioso).

• Subir a Kāipíng, unas espectaculares atalayas, reconocidas por la Unesco.
• Asombrarse ante los “dragones enroscados” de la arquitectura hakka, en Méizhōu.
• Visitar en Fóshān las casas natales de dos leyendas de las artes marciales.

Incluye:Guǎngzhōu, Fóshān, Kāipíng, Yángjiāng, Zhàoqìng, Qīngyuǎn, Shēnzhèn, Zhūhǎi, Cháozhōu, Méizhōu, Dàbù y Shàntóu.

La mayor isla tropical de China posee todos los cocoteros, playas de arena dorada y clima agradable que cabe desear. En Sānyà, se trata de ver y ser visto en los paseos marítimos entablados o escapar a algunos de los centros vacacionales más lujosos de Asia. Todavía no han surgido tejados de paja ni tortitas de plátano en ningún sitio, pero llegan indicios de modernidad desde las localidades de playa de la costa este, y el mundo del surf empieza a despuntar.

• Absorber el sol, la arena y los cócteles en los mejores hoteles playeros de China en Sānyà.
• Pedalear por el espinazo montañoso de la isla, hogar de los li y miao.
• Hacer surf y relajarse en una pensión en Hòuhǎi.

Incluye:Hǎikǒu, Alrededores de Hǎikǒu, Altiplano central, Bǎotíng, Costa este, Bó’áo, Bahías de Shíméi y Rì Yuè, Sānyà (Dàdōnghǎi) y Xīnglóng.

Guǎngxī (广西) evoca la idea de montar en bicicleta, navegar por ríos en balsas de bambú bajo los picos kársticos de Yángshuò y caminar entre pueblos étnicos en los bancales de arroz de Lóngjǐ. Pero eso no es todo: el viajero puede hacerse selfies en el paisaje de Dānxiá (un tipo de accidente geográfico) en la montaña de Tiānmén y en el Geoparque Nacional de Bājiǎozhài, y recibir las salpicaduras de la cascada de Détiān o del pescado vivo del barrio vietnamita de Běihǎi.

• Montar en bici por un paisaje de cuadro a orillas del río Yùlóng, en Yángshuò.
• Caminar entre los bancales de arroz de Lóngjǐ, casas con pilotes y campos que bajan por las laderas como escaleras.
• Parar junto al puente del Viento y la Lluvia de Chéngyáng, torres del tambor y casas de cedro del pueblo dòng.

Incluye: Guìlín, Bancales de arroz de Lóngjǐ, Sānjiāng, Yángshuò, Huángyáo, Nánníng, Yángměi, Běihǎi, Isla de Wéizhōu, Píngxiáng, Gran Cañón de Tōnglíng y Lèyè.

Guìzhōu (贵州) es un destino casi desconocido fuera de China. La provincia posee dos de los accidentes geográficos más espectaculares del país –una catarata y una cueva–, mientras que fuera de la capital, Guìyáng, casi todo son colinas y valles verdes, ríos, formaciones calizas hasta el horizonte e incluso un “mar de bambú”.

• Hacer rafting en las cataratas más grandes de China, las de Huángguǒshù y caminar por la región próxima.
• Navegar por el río que atraviesa Zhènyuǎn, un pueblo con 2000 años de historia.
• Bajar a la cueva de Zhījīn, la mayor caverna de China.

Incluye: Guìyáng, Qīngyán, Kǎilǐ, Bāshā, Léishān, Lónglǐ, Xījiāng, Zhàoxīng, Zhènyuǎn, Ānshùn, Wēiníng y Chìshuǐ.

Yúnnán (云南) es la provincia más diversa de toda China, tanto por su mezcla de gentes como por sus paisajes. La combinación de lugares maravillosos y etnias diferentes ha hecho de Yúnnán el destino más de moda en el floreciente turismo interior chino.

• Ver mágicos amaneceres y atardeceres en los Bancales de arroz de Yuányáng.
• Poner a prueba piernas y pulmones en la Garganta del Salto del Tigre.
• Maravillarse ante los picos (y glaciar) de la frontera Yúnnán-Tíbet.

Incluye: Kūnmíng, Jiànshuǐ, Bancales de arroz de Yuányáng, Dàlǐ, Shāxī, Lìjiāng, Báishā, Garganta del Salto del Tigre, Shangri-la, Déqīn y Kawa Karpo, Condado de Téngchōng, Ruìlì y Jǐnghóng.

Parece lógico que una antigua modalidad de ópera y magia llamada biànliǎn (cambio de cara) naciera aquí, pues Sìchuān (四川) es una tierra polifacética.

La capital, Chéngdū, presenta un rostro moderno, pero más allá de sus congestionadas carreteras de circunvalación aparece un paisaje tradicional de montañas sagradas envueltas en niebla y campiñas salpicadas de pueblos antiguos y budas esculpidos en paredes rocosas. El centro de Sìchuān es además morada del panda gigante, la cara más conocida de China. El sur, con su velo de historia y una belleza contenida, recibe menos visitantes que el resto de la región.

• Caminar varios días por las montañas sagradas de la Reserva Natural de Yàdīng.
• Charlar con los monjes y monjas de la Academia Budista de las Cinco Ciencias de Larung Gar, en Sèdá.
• Levantarse con el sol por encima de las laderas arboladas de Éméi Shān, un retiro fresco y brumoso.

Incluye: Chéngdū, Dūjiāngyàn, Éméi Shān, Lè Shān, Liǔjiāng, Zìgòng, Yíbīn, Kāngdìng, Sōngpān, Parque nacional de Jiǔzhàigōu, Lángzhōng y Guǎngyuán.

Aunque el distrito de Chóngqìng (重庆) es una creación relativamente reciente (se separó de la provincia de Sìchuān en 1997), es una de las regiones más importantes del país: la ciudad que le da nombre es el motor económico del oeste de China. Pese a su juventud, esta zona ha desempeñado un papel importante a lo largo de la historia y conserva una gran belleza natural.

• Navegar por las impresionantes Tres Gargantas en un crucero por el río Yangtsé.
• Maravillarse ante el exquisito arte de las cuevas budistas de Dàzú.
• Explorar las cascadas y formaciones kársticas del Parque Geológico Nacional del Condado de Wǔlóng.

Incluye: Ciudad de Chóngqìng, Cuevas budistas de Dàzú, Láitān, Zhōngshān, Wǔlóng y Ciudad antigua de Ānjū.

Xīnjiāng (新疆), la provincia más grande de China, es la patria de los musulmanes uigures y una región que está cambiando con rapidez, donde lo antiguo y lo moderno chocan de manera sorprendente. El ferrocarril de alta velocidad cruza paisajes extraterrestres uniendo las ciudades en horas, en lugar de días, y la capital regional, Ürümqi, es un bosque de torres de pisos y rascacielos de cristal. Mientras tanto, en algunas partes de los oasis de la Ruta de la Seda (Kashgar, Hotan y Turpan) la vida transcurre como hace siglos, centrada en la mezquita, el salón de té y el bazar.

• Recorrer una de las carreteras más extraordinarias del mundo: la del Karakórum.
• Explorar las ruinas, paisajes de montaña y cuevas budistas que rodean Turpan, una ciudad oasis.
• Presenciar la auténtica Asia Central en el mercado de ganado de los domingos en Kashgar.

Incluye: Ürümqi, Turpan, Hāmì, Kuqa, Kashgar, Carretera del Karakórum, Yengisar, Hotan, Yarkand, Karghilik y Yīníng.

Sinónimo de Ruta de la Seda, la provincia de Gānsù (甘肃) se alarga de este a oeste por el Corredor de Héxī, por donde circulaban en otro tiempo bienes e ideas entre China y Asia Central. El tráfico constante de mercaderías dejó estatuas budistas, atalayas, fragmentos de la Gran Muralla y pueblos dedicados al comercio.

• Ver las grutas de Mògāo, uno de los lugares budistas más importantes de la Ruta de la Seda.
• Levantar la vista hacia el gigantesco Buda esculpido en un paredón rocoso del templo Bǐnglíng Sì.
• Fotografiar el arcoíris de colores en las montañas casi marcianas del Geoparque Nacional de Zhāngyē Dānxiá.

Incluye: Lánzhōu, Xiàhé, Hézuò, Lángmùsì, Corredor de Héxī, Wǔwēi, Zhāngyè, Jiāyùguān, Dūnhuáng, Este de Gānsù, Tiānshuǐ y Píngliáng.

Con su paisaje desnudo de llanuras polvorientas y montañas calvas partido en dos por el río Amarillo (Huáng Hé), Níngxià (宁夏) evoca Las uvas de la ira. Fuera de las ciudades se extiende un horizonte intemporal donde los agricultores labran la dura tierra igual que lo hacían sus antepasados.

• Visitar las imperiales tumbas Xia del Oeste a las afueras de Yínchuān, raro vestigio de una cultura desaparecida.
• Explorar los centenares de estatuas de las poco visitadas grutas budistas de Xūmí Shān.
• Quedarse impresionado ante las inquietantes estatuas de la sala de los arhats en el templo de Gāo.

Incluye: Yínchuān, Hèlán Shān, Zhōngwèi, Gùyuán y Tóngxīn.

Mongolia. Solo su nombre ya evoca a pastores nómadas, agiles caballos y, por supuesto, a un hombre legendario: Gengis Kan. Muchos viajeros al norte de la Gran Muralla esperan encontrar hordas de mongoles que galopan por las extensas praderas, pero la realidad es muy distinta: la Mongolia Interior (Nei Měnggǔ) del s. XXI es bastante diferente.

• Ensillar un caballo y cabalgar por las praderas de Hūlúnbèi’ěr.
• Descubrir los misterios esotéricos del budismo tibetano en Dà Zhào y asombrarse con las estatuas tántricas expuestas en la pagoda de Wǔtǎ.
• Pasear entre antiguas murallas y contemplar las maravillas perdidas en Shàngdū, la “cúpula de placer” de Kublai Kan.

Incluye: Hohhot, Alrededores de Hohhot, Shàngdū (Xanadú), Bāotóu, Mausoleo de Gengis Kan, Hǎilā’ěr, Ēnhé, Mǎnzhōulǐ y Shì Wěi.

La provincia de Qīnghǎi (青海), mayor que cualquier país europeo, es un territorio bello y árido que abarca una extensa franja del noreste de la meseta tibetana. Para los tibetanos es Amdo, una de las tres provincias del antiguo Tíbet. Gran parte de la experiencia del viajero será más tibetana que china, con abundancia de monasterios, yaks y campamentos nómadas.

• Pasear en bicicleta por la orilla del lago Qīnghǎi, el mayor de China.
• Caminar entre montañas rojas marcianas en el Parque Nacional de Kanbula.
• Montar en el mítico ferrocarril Qīnghǎi-Tíbet desde Golmud hasta Lhasa.

Incluye: Xīníng, Parque nacional Forestal Hùzhù Běishān, Tóngrén, Guìdé, Yùshù, Templo de la Princesa, Wencheng, Nangchen, Golmud y Mǎduō.

Lo más destacado del Tíbet es de naturaleza espiritual: monasterios grandiosos, monjes cantando en las salas de oración y albergues remotos colgados en peñascos. Los peregrinos del Tíbet son parte esencial del atractivo. El Tíbet exhibe un grado de devoción y fe de otra época. Resulta fascinante, inspirador e inagotablemente fotogénico.

• Codearse con los peregrinos tibetanos en la ciudad santa de Lhasa.
• Maravillarse ante los murales de ángeles y demonios de las 108 capillas de Gyantse Kumbum, un prodigio de la arquitectura.
• Expiar los pecados de toda una vida en los tres días del circuito de peregrinación hasta el monte Kailash.

Incluye: Lhasa, Monasterio de Drepung, Monasterio de Ganden, Monasterio de Sera, Monasterio de Samye, Saga, Gyantse, Shigatse, Lhatse, Sakya, Campamento base del Everest, Tingri, Darchen y monte Kailash y Lago Manasarovar.

Este capítulo consta de Bali, Lombok y Nusa Tenggara hoy, Historia, Vida local y religión, Arte, Arquitectura, Medio Ammbiente, Datos prácticos A-Z, Transporte, Salud, Idioma y Glosario incluidos en la guía Bali, Lombok y Nusa Tenggara.

En este capítulo se podrá tener una visión general del país, con información sobre historia, vida local y religión, cultura, arquitectura, medio ambiente y artes. También cuenta con un capítulo de información práctica y de transporte, donde el viajero encontrará muchos datos útiles para el viaje: información sobre alojamientos, moneda, embajadas y consulados, horarios, aduanas, protocolo, seguros de viaje y asistencia médica, consejos para mujeres viajeras, idioma, glosario, etc.

• Capítulo dedicado a la vida local y a la religión.
• Información sobre espectáculos de danza y arquitectura.
• Cobertura total de los templos, religión e historia de la región.
• Detalles sobre el medio ambiente de Bali y los problemas a los que se enfrenta la religión hoy en día.