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La pequeña, ondulada e inhóspita isla de São Vicente pasaría desapercibida si no fuera por la bella población de aire mediterráneo de Mindelo, la más pintoresca de Cabo Verde, que acoge uno de los festivales más estruendosos de África. Para escapar de la ciudad, se puede hacer una excursión de un día al monte Verde (750 m), la mayor elevación de la isla y único remanso de verdor, con vistas panorámicas. También hay buenas playas, aunque ventosas, en Baía das Gatas, Calhau y Salamansa; en esta última se imparten clases de windsurf y kitesurf (hay que preguntar en la cabaña de Kitesurf Cabo Verde, en la playa).