No existe otra ciudad en el mundo que pueda presumir de tener un parque nacional a la vista de los rascacielos. Quizá el parque tenga sus detractores –es pequeño y está rodeado casi por completo de asentamientos humanos–, pero es un refugio importante para el rinoceronte negro, los tres grandes felinos y abundantes aves. Hay además un orfanato de elefantes, un cercano centro de cría de jirafas de Rothschild, restaurantes geniales y oportunidades de olvidar que se está en pleno Nairobi.