Este itinerario terrestre se beneficia del buen estado del ferrocarril de Alaska.
Se comienza en Fairbanks, la terminal más al norte del tren, donde se puede pasar un día explorando los museos y una noche dándose cuenta de que el sol apenas se pone. Se viaja en tren al Parque Nacional de Denali para disfrutar de un buen día de excursión por el Triple Lakes Trail. A la mañana siguiente, es posible hacer el extraordinario viaje de 8 h a Anchorage. En este tramo las vías abandonan la carretera y se adentran en la naturaleza, pasando por ríos en vez de autopista. Con suerte se podrá ver la masa gélida de Denali.
Pasando dos noches y un día entero en Anchorage se puede disfrutar de su refinado panorama comercial y de restaurantes, visitar el magnífico Anchorage Museum o acelerar para un salmón asado haciendo un recorrido en bicicleta por el Coastal Trail. Después se puede subir de nuevo al tren para otro increíble viaje a Seward. De nuevo, el tren se desvía de la carretera y se adentra unos 16 km en las montañas Chugach. Seward es la terminal sur del ferrocarril, que termina en la preciosa bahía Resurrección. Un circuito por el Parque Nacional de los Fiordos de Kenai permite ver leones marinos, nutrias marinas y ballenas.