Es un gran acontecimiento, casi con dimensión épica, ver las hojas cambiar de color en Nueva Inglaterra. Se puede hacer casi en cualquier parte donde haya un árbol, pero la mayoría de la gente quiere ver muchos árboles. Desde Litchfield Hills, en Connecticut, y los Berkshires, en Massachusetts, hasta las Green Mountains, en Vermont, cientos de laderas brillan en tonos carmesí, naranja y amarillo. Puentes cubiertos e iglesias con campanarios blancos, además de los arces, sitúan a Vermont y New Hampshire a la cabeza entre los paraísos para la observación de las hojas.
Nueva Inglaterra en otoño

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