Es una bonita localidad de montaña, famosa por su dialecto derivado del persa y su tradicional artesanía del cobre. Puede resultar algo turística los fines de semana, cuando los habitantes de Bakú acuden para hacerse fotos con insólitos trajes de piel de oveja. Pero quien se quede en Lahıc un día o dos y escuche el sonido melifluo de las mezquitas mientras la niebla desciende sobre los riscos semiarbolados, descubrirá una excelente base para excursiones y a unos habitantes con más nociones de inglés que en ningún otro pueblo de Azerbaiyán.