Si aún quedan dudas de dónde escaparse las próximas vacaciones de Semana Santa, aquí van siete buenas razones para acabar de decidirse y disfrutar de lo mejor de Canarias en familia.
1. Sentirse como un explorador en sus parques temáticos
Oasis Park, Fuerteventura, Canarias, España © Dirk Vorderstrasse / Flickr
La mayoría de islas del archipiélago canario cuentan con parques donde el contacto directo con la naturaleza regala jornadas de plena exploración. Tal es el caso de Oasis Park, en Fuerteventura, un interesante parque zoológico y botánico que, junto a la variada fauna marina, aviar y terrestre, ofrece varias experiencias junto a los animales. Otros enclaves a tener en cuenta son el Maroparque, en La Palma, un parque y centro de rescate de animales exóticos, y el novedoso acuario Poema del Mar, en Las Palmas de Gran Canaria, cuyas instalaciones interactivas y su variada oferta faunística, lo convierten en un verdadero parque temático provisto de 350 especies de 35 ecosistemas diferentes.
2. Disfrutar de jornadas de playa frente al Atlántico en familia
Maspalomas y el Atlántico, Gran Canaria, Canarias, España © Fabiana Ecca / Shutterstock
Pocas cosas pueden resultar más entretenidas y placenteras que un día de sol, playa y actividades acuáticas con niños, más aún en plena primavera. Canarias en Semana Santa brinda temperaturas ideales para ello, así que solo queda decidir cuál de los litorales más atractivos del archipiélago es el elegido para inaugurar la temporada de playa. Entre las opciones, las hay por todas las islas: las playas de Benijo y El Médano en Tenerife; Maspalomas, en Gran Canarias; la playa del Inglés, en la Gomera; las playas de Cofete, en Fuerteventura; la playa del Tamaduste, en El Hierro, especialmente para ir en familia; la del Papagayo, en Lanzarote, y la de Nogales, en La Palma.
3. Adentrarse en su rica vegetación
Parque Nacional Garajonay, La Gomera, Canarias, España © RossHelen / Shutterstock
Cada una de las islas que dibujan el mapa de Canarias ofrece auténticos tesoros de rica vegetación para disfrutar de una Semana Santa de playa, sí, pero también de paseos entre bosques y ríos. Entre los rincones con más encanto del archipiélago destacan los senderos de La Gomera, basados en una extensa red de caminos para todos los gustos, extensiones y (des)niveles donde no puede faltar un recorrido por una de las grandes joyas de las islas, el Parque Nacional de Garajonay. Al norte de la isla de Tenerife y a escasos kilómetros de Santa Cruz de Tenerife, se encuentra el Parque Rural de Anaga, declarado Reserva de la Biosfera, compuesto de montañas cubiertos de laurisilva y senderos aptos para recorrer en familia, que atraviesan bosques hasta abrirse a bellos acantilados que miran al Atlántico. La isla de Gran Canaria tampoco se queda atrás y, si bien es el principal destino urbano de Canarias, ofrece para todas aquellas familias que viajen con niños estas vacaciones de Semana Santa la oportunidad de disfrutar de espacios verdes como el Jardín Botánico Viera y Clavijo , la caldera de Bandama o el sendero azul que conecta la playa de El Confital con la de Las Canteras.
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4. Pasear por el paisaje volcánico del Teide y sentirse más cerca del cielo
Roque Cinchado y el Teide, Tenerife, Canarias, España © canadastock / Shutterstock
Dada la singular orografía de las Canarias son varios los enclaves que hacen pensar que uno está en otro planeta. Entre ellos, uno de los más sorprendentes del archipiélago es el Parque Nacional del Teide. Visitarlo durante todo un día puede ser un buen plan para una escapada de Semana Santa con niños, empezando por explorar el parque y pasear por sus senderos mientras se disfruta desde diferentes perspectivas del Teide, para luego subir con el teleférico hasta los 3550 metros de altura y disfrutar de vistas de infarto sobre la isla.
5. Chapotear y divertirse en sus parques acuáticos
Diversión en un parque acuático, Canarias, España © ARTEM VOROPAI / Shutterstock
La suma de toboganes y agua da como resultado diversión infantil garantizada. Las propuestas para disfrutar de Canarias con niños pasan por una buena dosis de chapoteos y adrenalina en recintos acuáticos como el de Siam Park, en la Costa Adeje de Tenerife que, más allá de montañas rusas salpicadas de agua y piscinas con olas de hasta 3 metros de altura, brinda diversión en un entorno de restaurantes y espectáculos bajo una exótica decoración. Al sur de Gran Canaria se encuentra Aqualand Maspalomas que, junto a la diversión de los toboganes y el resto de atracciones, ofrece la posibilidad de bañarse junto a leones marinos y, para quienes buscan algo más pausado o ya tienen suficiente dosis de actividad, disfrutar de zonas de jacuzzi y solárium. Y en Fuerteventura está Acua Water Park, pensado para la diversión de los más pequeños.
Lugares para viajar con niños
6. Practicar alguna actividad acuática en familia
Deportes acuáticos en la playa El Médano, Tenerife, Canarias, España © Petr Tresnak / Shutterstock
¿Qué mejor excusa que los primeros días de playa, en plena Semana Santa en Canarias, para introducirse en algún deporte acuático? Ya sea buceo, snorkel y paseos en kayak, o kitesurf, surf y windsurf en playas con viento (que en Canarias las hay, y muchas). La oferta es amplia y existen centros que ofrecen formación también para los niños. Si no se dispone de suficiente tiempo, pero se quiere disfrutar del entorno marino con intensidad, otra opción apta para ir con niños es apuntarse a alguna excursión para avistar delfines y ballenas.
7. Explorar sus pueblos más encantadores
Teguise, Lanzarote, Canarias, España © fritz16 / Shutterstock
Siempre es buen plan ahondar en la esencia más genuina de un lugar, más aún cuando se viaja con niños. Por eso, más allá de las playas, los parques naturales y las atracciones de ocio, el contacto con los lugareños en pequeños pueblos y municipios ayuda a conocer más la magia de las Canarias. Desde Teguise en Lanzarote, hasta La Orotava en Tenerife, sin olvidar Betancuria en Fuerteventura, Tejeda en Gran Canaria, Santa Cruz de la Palma o San Sebastián de la Gomera, todos ellos merecen una obligada visita si uno luego no quiere arrepentirse. La arquitectura local, su gente y el ambiente de sus calles cautivarán a mayores y a pequeños, y vale la pena parar para reponer fuerzas con alguna especialidad local entre la que no puede faltar papas arrugadas con mojo picón. A todos gustan y es posiblemente el mejor colofón para unas merecidas vacaciones de Semana Santa con niños.
