Los Parques Nacionales cumplen 100 años

Texto por
Lola Escudero
Parque Nacional de los Picos de Europa, España
Marcus Hansson - Flickr

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¿A que no se sabe que España fue uno de los primeros países europeos en crear Parques Nacionales para conservar sus mejores espacios naturales? Lo hizo justo hace un siglo, en 1916, cuando declaró Parque Nacional a la montaña de Covadonga, en Picos de Europa.

En 2016, la Red de Parques Nacionales de España contaba ya con 15 enclaves, el último de los cuales es el de la Sierra de Guadarrama (declarado en 2013). Entre ellos hay todo tipo de paisajes: volcanes, glaciares, bosques de todo tipo, dehesas, humedales, paisajes tropicales o de alta montaña, desiertos, formaciones geológicas insólitas y en casi todos, una rica flora y fauna.  

 

1. Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici (Lérida)

Aigüestortes © Guillén Pérez - www.flickr.com/photos/mossaiq/15513203472

Con más de 200 lagos y estanques, es un buen ejemplo de los ecosistemas de la alta montaña pirenaica y de la acción de los glaciares del Cuaternario. Es un entramado bellísimo de montañas y valles donde se alternan riscos, valles, cascadas y sierras, y en estos parajes viven especies como el urogallo, el pito negro, el quebrantahuesos o el sarrio, entre otros. Uno de los puntos más impresionantes del parque son los riscos de El Encantats, una masa pétrea culminada en dos cimas gemelas al pie del lago San Mauricio, y los meandros de alta montaña. Está en Lérida, entre las comarcas de Alta Ribagorça, Pallars Sobirá, Val d’Aran y Pallars Jussà. Se accede por Boí y Espot.

 

2. Parque Nacional Marítimo-Terrestre del Archipiélago de Cabrera (Baleares)

A esta isla se llega solo desde Mallorca, en barco. A mitad del camino ya encontramos uno de sus atractivos: la cueva azul, un extraordinario baño en alta mar. Cabrera mantiene un ecosistema sin alterar, típicamente mediterráneo y su gran riqueza no está a la vista sino en el fondo marino. En tierra, cobija una gran riqueza natural propia de este tipo de islas e islotes, con importantes colonias de aves marinas y especies endémicas. Es un punto importante de escala en la ruta migratoria norte-sur de más de 150 especies de aves. 

 

3. Parque Nacional de la Caldera de Taburiente (La Palma)

Caldera de Taburiente © JuVlai - www.flickr.com/photos/juvlai/6725000155

Impresiona al visitante con sus crestas de más de 2000 metros, talladas por procesos erosivos que nos dejan diques y roques. Es un parque de origen volcánico, pero curiosamente lo más llamativo son sus grandes recursos hídricos, tanto subterráneos como superficiales, que aparecen y desaparecen en forma de ríos coloridos y cascadas. Aquí viven especies endémicas de fauna y flora. Ocupa el centro de la isla canaria y está considerado su espacio más emblemático. 

 

4. Parque Nacional de Cabañeros (Ciudad Real y Toledo)

Lo que iba a ser un campo de tiro militar en 1987 generó un activo movimiento de protesta ciudadano y de las organizaciones ecológicas. El resultado fue el Parque Nacional de Cabañeros, que ocupa una parte de los Montes de Toledo, entre Ciudad Real y Toledo. Dentro de la red de parques, es el mejor representante del bosque mediterráneo, refugio privilegiado de grandes rapaces, cigüeñas negras y otras especies en peligro de extinción. Hay también ciervos, corzos, jabalíes y es uno de los rincones más valiosos de los Montes de Toledo. 

 

5. Parque Nacional de Doñana (Huelva y Sevilla)

Doñana © Vince Smith - www.flickr.com/photos/vsmithuk/526780202

Se considera la mayor reserva ecológica de Europa, un espacio de dunas, bosques y marismas, refugio de especies en peligro como el águila imperial o el lince ibérico. Acoge durante el invierno a numerosas especies de aves acuáticas (hasta 200 000 ejemplares). Por su privilegiada situación entre dos continentes y entre el Atlántico y el Mediterráneo, su riqueza natural es impresionante, reuniendo un conjunto de ecosistemas por el que velan diferentes instituciones científicas. Ocupa 54 252 hectáreas entre las provincias de Huelva y Sevilla. 

 

6. Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas de Galicia (Pontevedra y A Coruña)

Desde la ría de Vigo y hasta Arousa una sucesión de islas en Galicia forman el Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas: Cíes, Sálvora, Ons y Cortegada. Son preciosas pero lo mejor está en el fondo del mar, con una enorme diversidad de ecosistemas y una serie de leyendas de buques hundidos. En superficie encontramos además playas, acantilados y dunas.

 

7. Parque Nacional de Garajonay (La Gomera)

Garajonay © Josevi11 - www.flickr.com/photos/125764255@N04/18283215886

Es uno de los cuatro parques nacionales canarios. Este de La Gomera ocupa el corazón de la isla, con sus bosques de laurisilva, únicos en el mundo. Es un verdadero paraíso selvático en el hemisferio norte, uno de los últimos vestigios de las antiguas selvas subtropicales que ocuparon en otros tiempos áreas más extensas. Hoy nos parece un bosque mágico, en el que las nieblas y las nubes se alternan manteniendo un ecosistema del Terciario. Lo más llamativo son sus muchas especies endémicas y la existencia de espectaculares monumentos geológicos, como Los Roques.

 

8. Parque Nacional de Monfragüe (Cáceres)

Es un santuario para las aves en el centro de la provincia de Cáceres, en el triángulo formado por Plasencia, Trujillo y Cáceres. Fue el primer espacio protegido de Extremadura, y hoy llegan hasta aquí miles de turistas para ver el vuelo de las cigüeñas negras, los buitres, los alimoches o el águila imperial. Los paisajes y vegetación del Parque Nacional de Monfragüe son también incomparables.

 

9. Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido (Huesca)

Monte Perdido © Guillén Pérez - www.flickr.com/photos/mossaiq/14691206437/

Fue declarado Parque Nacional en 1918 pero no ha perdido ni uno solo de sus atractivos. Más de medio millón de personas visitan cada año Aragón para recorrer el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, que es también Reserva de la Biosfera y Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Está dominado por el macizo de Monte Perdido (3355 m), con las cimas de las Tres Sorores, desde las que parten los valles de Ordesa, Pineta, Añisclo y Escuaín. La variedad de paisajes va desde la aridez de las zonas altas, a los verdes valles cubiertos por bosques, y todo ello acompañado de cascadas, cañones y barrancos.

 

10. Parque Nacional de Sierra Nevada (Granada)

Sin duda, uno de los paisajes más impresionantes de la península, que representa la media y alta montaña mediterránea, con más de 2000 especies vegetales, muchas de ellas endémicas, y animales únicos. Impresiona especialmente contemplar desde el Mirador de San Nicolás la Alhambra con Sierra Nevada detrás.

 

11. Parque Nacional de las Tablas de Daimiel (Ciudad Real)

Tablas de Daimiel © Guillén Pérez - www.flickr.com/photos/mossaiq/8995600044

Un humedal único, formado allá donde confluyen dos ríos, el Guadiana y el Cigüela, con la descarga de aguas subterráneas. Así se ha creado este rincón lleno de vida y con una enorme riqueza de aves. Es el último representante del ecosistema conocido como tablas fluviales, que en otro tiempo dominó la llanura central de nuestra Península. Es el más pequeño de los parques nacionales pero refleja un compromiso del país con la conservación de los humedales.

 

12. Parque Nacional de los Picos de Europa (Asturias, Cantabria y León)

El Parque Nacional de Picos de Europa es quizás el espacio protegido más conocido de España. Agrupa territorios de Asturias, Cantabria y León. Se declaró Parque Nacional en 1918 como montaña de Covadonga (luego fue ampliado) y ocupa más de 67 000 hectáreas. Representa la mayor formación caliza de la Europa atlántica y aquí podemos contemplar formaciones únicas como simas de más de 1000 metros, glaciares y lagos. Entre sus riscos vive el rebeco y en los densos bosques podemos encontrar corzos, lobos e incluso algún oso.

 

13. Parque Nacional de Timanfaya (Lanzarote)

Timanfaya © Andrés Nieto Porras - www.flickr.com/photos/anieto2k/25411490706

Lanzarote también tiene su parque nacional propio: un lugar que en este caso es un desierto, desolado y bellísimo. Es un paisaje que acaba de nacer, resultado de fenómenos volcánicos recientes, y que todavía no ha sido colonizado del todo. Llaman la atención sus colores, sobre todo negros y rojizos, salpicados por las manchas de diferentes colores de los líquenes. Son especialmente interesantes sus endemismos vegetales y animales. 

 

14. Parque Nacional del Teide (Tenerife)

Es el mayor y más antiguo de los parques nacionales canarios. Un enorme volcán nevado, que es también el techo del país con sus 3719 m. Sus conos volcánicos y las coladas de lava forman un extraordinario paisaje, que se ha convertido en uno de los mayores atractivos turísticos de las islas. 

 

15. Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama (Madrid y Segovia)

Ha sido el último parque nacional en ser reconocido dentro de la Red, en junio de 2013. La Sierra de Guadarrama es parte del Sistema Central y destaca por sus circos, lagunas glaciares y roquedos graníticos, y entre sus paisajes vegetales destacan los ecosistemas de alta montaña y los grandes pinares. Su cercanía a la capital lo convierte en uno de los más habitados y visitados. 

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