Camerún

Escrito por
Lonely Planet

2 Septiembre 2024
3 min de lectura
© antoineede/Getty Images
Chutes d’Ekom Nkam, al suroeste de Fumban.
Camerún, que en el año 2025 celebrará el 65º aniversario de su independencia, es un país en movimiento, donde música y cultura tradicional no dejan de evolucionar. Aquí se encontrarán desde playas color chocolate y la montaña más alta de África Occidental a ciudades exuberantes y vastas extensiones de naturaleza. Pese a una crisis latente en el noroeste y algunas zonas prohibidas en el norte, la mayor parte del país disfruta de su papel como próximo destino de aventuras del continente africano. 

Imprescindible 

  • Comprar artesanías de bronce y de cuentas en el Village des Artisans de la ciudad de Fumban.
  • Disfrutar del adorable Kribi y sus hermosas palmeras, cascadas, arena blancas y aldeas de pescadores.
  • Admirar en Yaundé, la capital, arquitectura art déco y de la época de la independencia, y visitar museos esotéricos.
  • Buscar mandriles, gorilas y elefantes en el Parc National de Campo-Ma’an tras ver tortugas marinas en la playa de la cercana Ebodjé.
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tropicales en el Grand Marché de Duala. mbrand85/Shutterstock ©

tropicales en el Grand Marché de Duala. mbrand85/Shutterstock ©

Playas vacías 

Ya es algo bien sabido: África y sus safaris gozan de una popularidad sin precedentes, muchas veces en detrimento de la experiencia. 

Empecemos por la costa. Los países que atesoran playas como las de Camerún no pueden pasar desapercibidos mucho tiempo. En una época en la que los viajeros buscan destinos fuera de las rutas trilladas, lugares que ofrezcan algo diferente y que permanezcan inalterados por el turismo de masas, Camerún es una opción ideal, con playas desiertas cerca del lugar donde el selvático monte Camerún se encuentra con una zona protegida del océano Atlántico.

Aparte de unos pocos hoteles, la costa desde Limbe hasta Ebodjé está bastante vacía, un sitio donde comer pescado fresco bajo las palmeras con los pies en la arena. Y qué arena. Este tramo de litoral cuenta con playas de arena blanca orientadas al oeste tan bonitas como las mejores de África, pero en la zona de Limbe muchas presentan tonos color chocolate intenso debido a los flujos de lava de siglos pasados. Más al sur, en la zona de Ebodjé, se puede participar en un proyecto de conservación de tortugas marinas. Y Kribi podría muy bien ser el próximo gran destino de playa de África, pero por ahora sigue intacto. Es una experiencia difícil de encontrar en ningún otro lugar del continente, pero no será así mucho tiempo más. 

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Costas tranquilas y repletas de palmeras en la zona de Kribi. Pvince73/Shutterstock ©

Costas tranquilas en la zona de Kribi. Pvince73/Shutterstock ©

Ciudades frenéticas 

Las ciudades de Camerún son presumidas. Desde la húmeda Duala hasta la divertida y fascinante Yaundé, la capital, estas metrópolis tan distintas representan la ciudad africana por antonomasia. Yaundé se extiende por siete colinas y luce un glorioso follaje, calles flanqueadas de arquitectura art déco y de la época de la independencia de la década de 1960, museos, cafés y bares. 

En ambas ciudades suena una banda sonora ecléctica, formada por los ritmos de África Central, un tráfico incesante, gente amigable y confiada, mercados repletos de tejidos de colores, máscaras y figuras de madera y mucho más. Yaundé y Duala son tremendamente vitalistas y, a diferencia de otros lugares, en ellas escasean los turistas y rara vez son el centro de atención.

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El impresionante Monument de la Réunification, de la época de la independencia, en el centro de Yaundé. Sid MBOGNI/Shutterstock ©

El impresionante Monument de la Réunification, de la época de la independencia, en el centro de Yaundé. Sid MBOGNI/Shutterstock ©

La llamada de la naturaleza 

No hay que alejarse mucho de la ciudad para hallarse en medio de densos bosques de un verde profundo. Las enormes florestas de la cuenca del Congo se extienden desde el interior del país hasta su costa; a veces puede parecer que todo Camerún es una gran selva tropical. Hay algunos parques nacionales, como el Parc National de Campo-Ma'an, cerca de Ebodjé, en el extremo sur (donde el Fondo Mundial para la Naturaleza supervisa un bosque repleto de elefantes, primates y leopardos), o los del este del país, adonde llegar ya forman parte de la diversión. Estos parques van cobrando reconocimiento internacional gracias a sus proyectos de conservación, así que quizá el 2025 sea el último año en que el viajero los podrá disfrutar en solitario.

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