Florencia, cuna del Renacimiento...
...y de algunas de las mejores obras de arte y arquitectura del mundo. La città d’arte, con fama de abarrotada, está acostumbrada a aquellos que buscan algo de la dolce vita. Pero cuando la pandemia global la vació de turistas e ingresos, la capital toscana tuvo que repensar su futuro forjando, de paso, un emocionante y nuevo viaje por el arte.
Radiante y abarrotada por naturaleza
Excepcional hervidero artesanal y creativo desde la época medieval, Florencia ha estado bendecida por la genialidad artística desde su nacimiento. Desde el campanario de Giotto a la magnífica cúpula de Brunelleschi que corona la catedral a la gran Piazza della Signoria, el corazón histórico de Florencia late con icónicas obras maestras y con los miles de turistas deseosos de verlas. Antes del COVID-19, la capital toscana, junto a Venecia y Roma, aportaban una tercera parte de los ingresos por turismo de Italia. Una ciudad ancestral que cada vez se parece más a un parque temático... Pero que el COVID-19 llevó a un parón apocalíptico.
Reinicio comunitario
El inquieto colectivo de artesanos y creadores actuales sigue siendo la savia de la ciudad, tal y como lo fueron en los ss. XIII y XIV, cuando los gremios de mercaderes y artesanos llevaban la voz cantante. Ahora, recuperar este increíble patrimonio artístico comunitario es una prioridad de las nuevas iniciativas para descentralizar el turismo. Entre sus planes están los circuitos a pie por fuentes, arte urbano en los quioscos y lugares secretos repartidos por la ciudad para contemplar las estrellas; las visitas a estudios de arte; y excursiones guiadas hasta los montes de Bellosguardo que culminan en un centro de artesanía en el barrio de Oltrarno, donde 20 artistas y artesanos comparten conocimientos y creatividad en un convento del s. XIX. Parte de la colección de arte de los Uffizi ha sido trasladada a otros espacios de Florencia y la Toscana para aliviar las aglomeraciones en el museo y apreciar mejor sus obras maestras renacentistas.
Renacimiento en el Ponte Vecchio
Y el punto final lo pone la familia Medici. Tras seis años de incertidumbre y 10 millones de euros invertidos en su restauración, el famoso corredor Vasariano, que conecta la Galleria degli Uffizi con el Palazzo Pitti (casi 1 km sobre el Arno) desde 1565, reabrirá en el 2022, permitiendo seguir de nuevo los pasos de los ilustres Medici a lo largo de un pasaje escondido en lo alto del Ponte Vecchio. Esta atracción, que en su día estuvo reservada a unos pocos, va a ser otra razón para volver a visitar la ciudad.