Lagos, una ciudad que requiere atención
A pesar de su antigua fama, esta metrópoli ferviente y rica en petróleo de la costa suroeste de Nigeria vive un momento de auge y creatividad: una famosa escena de música afrobeat, la Arise Fashion Week, Nollywood, fiestas y champán... ¡La agitación única de Lagos causará impacto!
El nacimiento de una megaciudad
Cuesta creer que la tercera ciudad más grande de África fuera en su día una aletargada aldea de pescadores yoruba sita en un sistema de lagunas, de ahí que los portugueses la llamaran Lagos cuando llegaron a la zona. Luego, bajo gobierno británico, se convirtió en el centro político, comercial y lúdico de Nigeria, creciendo y atrayendo a gente de todos los rincones del país hasta convertirse en la megalópolis que es hoy. Hasta 1991 fue la capital de Nigeria, y aunque ahora el gobierno federal está en Abuja, el centro de gravedad del país sigue siendo Lagos.
Lagos para viajeros
Hay tres zonas a explorar. La primera es la isla de Lagos, el corazón primigenio de la ciudad. Aquí se puede pasear por Bámgbósé St, conocer mercados con fruta apilada, pollos vivos y mujeres con vestidos coloridos que venden pescado ahumado. La segunda zona, Ikeja, queda cerca del aeropuerto principal y es un barrio residencial con hoteles y salas de conciertos como el famoso Afrika Shrine de Fela Kuti.
Para terminar, la sofisticada isla Victoria, sede de embajadas, galerías de arte, buenos restaurantes y playas exclusivas donde galopan caballos, el aire late con música festiva y el aroma de suya (brochetas de ternera) se mezcla con la brisa marina.
Imparable creatividad
Con 22 millones de habitantes, la ciudad tiene una diversidad y energía que siempre generan innovaciones culturales: Nollywood y su industria cinematográfica, Dotun Popoola y sus preciosas esculturas hechas con chatarra, Fela Kuti y el afrobeat...
Para sacar partido a esta metrópoli, a veces intimidatoria, la clave es tirarse de cabeza y disfrutar y contribuir con la economía local, con una gran oferta en música en directo, gastronomía y galerías de arte. Y, sobre todo, uno no puede olvidarse de escapar de la ciudad para ver el Lekki Conservation Centre, una reserva natural que permite imaginar cómo era Lagos antes de la industrialización.
El COVID-19 quizá haya roto el ritmo de la ciudad, pero la vida regresa a la normalidad y el crecimiento de Lagos no muestra señales de ralentización, con nuevos proyectos como una galería de exposiciones en el JK Randle Centre for Yoruba Culture and History. En una época de turismo global expuesto en Instagram, Lagos es un destino atrevido que no se mercantiliza para atraer turistas. Es como es, con una autenticidad que lo convierten en el destino perfecto para el 2022.