¿Gustan los animales peluditos, con plumas o con escamas?
Desde monos descarados y cabras moradoras de árboles hasta tormentas de murciélagos y tiburones martillo, existe una criatura ahí fuera que captará la fantasía (si no necesariamente el corazón) del viajero.
Tanto los niños como los adultos curiosos quedarán fascinados por estas oportunidades de ver diferentes criaturas en acción:
1. Cabras en los árboles, Esauira, Marruecos
La perspectiva de ver cabras en los árboles es una gran excusa para explorar todo Marruecos y supone una extraordinaria imagen que hará reír a toda la familia. Resumiendo: el argán es un árbol que produce unos frutos, que gustan tanto a las cabras que se encaraman al árbol y mantienen el equilibrio alegremente mientras se los comen. Debería existir una posición de yoga con el nombre de estos diestros animales. Se pueden ver en la carretera de Esauira o en las cercanías de Tarudant.
2. Parque Nacional de Yellowstone, EE UU
Ya se trate de osos o castores, alces o cabras montesas, renos o águilas, este parque se merece su reputación mundial como lugar donde ver fácilmente a la fauna en su hábitat. Especialmente si se sale de los caminos más transitados o se acampa. El parque brinda excelentes actividades para niños, como el programa Junior Ranger (guarda forestal júnior). Se deben completar las actividades para conseguir la insignia; ¡queremos una! Antes de viajar, merece la pena visitar su entretenida web, con lecturas muy recomendables.
3. Centro de Investigación y Reproducción del Panda Gigante, Chengdú, China
En este centro de investigación fundado en 1987 para recuperar y proteger al oso panda, se puede observar a este peluche blanco y negro de mirada inocente en un entorno natural. Los osos deambulan por los amplios y cuidados recintos y se puede contemplar a estos bellos animales jugando, descansando, durmiendo y comiendo. El mejor momento para ver a las crías es por la mañana temprano. Existe la opción de ‘abrazar a un panda’, aunque es probable que al panda no le guste la experiencia.
4. Refugio Nacional de Fauna Silvestre Ostional, Costa Rica
Cientos, a veces miles, de tortugas oliváceas acuden cada año al Refugio Nacional de Fauna Silvestre Ostional para desovar. Si se mantiene a los niños despiertos hasta tarde, se puede ver este desove en grupo (hay que guardar una distancia prudencial para no molestar a las tortugas). El pequeño David Attenborough puede buscar también erizos y anémonas en las pozas de marea, ver cangrejos fantasma en la playa y observar aves. Y, por supuesto, queda el resto de Costa Rica por explorar, con más tortugas, algún cocodrilo, sorprendentes mariposas y muchas opciones adrenalínicas, como tirolinas entre los bosques y rafting de aguas bravas.
5. Vuelos de murciélagos, cavernas de Carlsbad, EE UU
Anochece y se oyen cientos de miles de alas batiéndose al unísono mientras el aire se vuelve oscuro y espeso con un ininterrumpido flujo de murciélagos que se dirigen en busca de los insectos que necesitan para sobrevivir hasta el día siguiente. ¿Se quiere saber cómo es un tornado de murciélagos? Pues hay que llevar a los niños a las cavernas de Carlsbad de Nuevo México para averiguarlo. Impresiona también el vuelo de regreso de los murciélagos, aunque requiere salir muy temprano. Algunos días del año es posible quedarse tras el vuelo de los murciélagos y estudiar el cielo nocturno. Asombroso, para niños grandes y pequeños.
6. Parque Nacional de la Reina Isabel, Uganda
¿Leones que trepan a los árboles? ¡Sí! ¿Innumerables hipopótamos y elefantes? ¡Sí! ¿Más de 600 especies de aves? Entendido... Este es el lugar donde acudir para asegurarse de ver una amplia gama de fauna africana, una lección de geografía basada en la vida real sobre la diferencia entre sabana, humedal y bosque, y la posibilidad de hacerlo todo sin estar rodeado de humanos. También se puede emprender un safari en barco por el canal Kazinga y gozar con la familia de una visión única de los muchos mamíferos, aves y reptiles que se acercan a beber a su orilla.
7. Walkabout Wildlife Park, Nueva Gales del Sur, Australia
Se puede visitar este parque de día para ver deambular libremente a los animales autóctonos de Australia, pero se recomienda acampar una noche con el Wild Sleep Out. No solo ofrece mejores avistamientos de los animales (muchos son nocturnos), sino que la experiencia de tostar nubes en la hoguera mientras se es observado desde los árboles y acurrucarse en la acogedora tienda con el sonido de los pósums, los koalas y los bilbies que salen a jugar es algo que ningún niño olvidará.
8. Al rescate del mono, Pretoria, Sudáfrica
¿Qué mejor forma de intimar con los propios hijos que ayudar en el cuidado y protección de más de 100 especies de primates en una reserva? Un voluntariado en familia permite preparar la comida, limpiar y mantener las instalaciones, observar y monitorizar conductas, incluso ‘hacer monadas’. Una excursión al Parque Nacional Kruger para ver animales en libertad supone una bien ganada recompensa por el duro trabajo.
9. Islas Galápagos, Ecuador
Seguramente la aventura definitiva para cualquier joven entusiasta de la fauna, un viaje a estas islas famosas ecológicamente implica muchas horas de avión y mucho tiempo (probablemente durmiendo) en barco mientras se exploran las diversas islas. La recompensa es avistar una increíble variedad de aves y animales únicos, muchos sin depredadores naturales, por lo que no se mueven cuando se acercan los humanos. Bajo el agua uno cree bucear en su propio acuario, con caballitos de mar, iguanas marinas, tiburones martillo y pingüinos de las Galápagos, por nombrar solo algunas de las criaturas que se pueden ver.
10. Observación de aves de presa, Reino Unido
Se puede mostrar a los niños el antiguo arte de la cetrería en un día en la campiña inglesa, donde aprenderán mucho sobre estas magníficas aves de presa y cómo sobreviven en la naturaleza. Existen numerosas opciones para los niños para entender la cetrería tocando a los halcones, búhos y buitres, y experimentando el excitante golpe de un ave aterrizando en el propio puño. Indispensable para amantes de Harry Potter y su Hedwig.
